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El nacimiento de un caudillo

Superiberia

 

El caudillismo se ha definido como el cabecilla o líder de un proyecto, aunque en un sentido amplio este término se utiliza para cualquier persona que haga de guía de otras en cualquier terreno, el uso que se le ha dado a la palabra caudillo tiene una cierta connotación política. Por lo general se emplea como referencia a los líderes políticos de los siglos XIX y XX.

La aparición en el siglo XIX de numerosos caudillos en distintos países sudamericanos, fue un fenómeno social denominado caudillismo. Así sucedió en Argentina; Chile; Colombia; Cuba; Uruguay; Perú; Venezuela o qué decir en Europa con Francisco Franco, conocido también como El Generalísimo o “Caudillo de España por la Gracia de Dios”. En el franquismo, la figura del caudillo constituía la suprema institución de la jerarquía política, no sólo en el orden de la representación política, sino también en el ejercicio del poder político.

Los rasgos que caracterizaban la figura del Jefe del Estado eran los siguientes:

Exaltación personal del jefe y su identificación con el supuesto destino histórico del pueblo.

Plenitud de poder concentrado en sus manos.

Ausencia de un control institucional de su ejercicio, sólo era responsable ante Dios y la Historia.

Durante la Guerra de Independencia de México también existieron caudillos como: Miguel Hidalgo; Vicente Guerrero; José María Morelos; Francisco Xavier Mina o qué decir durante la Revolución Mexicana, como Venustiano Carranza; Pancho Villa o Emiliano Zapata; en la época contemporánea Álvaro Obregón y Lázaro Cárdenas del Río.

Debemos destacar que las luchas de estos caudillos obedecieron a diferentes objetivos, algunos lucharon por sacar adelante a su país, otros por entorpecer su desarrollo y vivir de los privilegios que da él poder y algunos por darle cause o cohesión a las instituciones.

Ahora le toca el turno al siglo XXI, el nombre de nuevo caudillo es Andrés Manuel López Obrador (AMLO), este hombre de origen tabasqueño, ha enarbolado una lucha desde muy joven, siempre crítico del gobierno en turno, aunque podemos afirmar que cuando le correspondió ser parte de ese poder, siempre guardo silencio y muchas veces fue cómplice de lo que hoy tanto critica. Los que lo recodamos en su paso por el partido que a partir del 1° de diciembre vuelve al poder federal después de mantenerse fuera del él durante 12 años, podemos recordarlo como defensor con uñas y dientes a los que hoy tanto critica. También lo recuerdo como candidato presidencial de las izquierdas integradas por el PRD–PT, y el entonces Convergencia, recuerdo cómo denostaba sin ton ni son al hasta ahora presidente calderón, lo nombraba “espurio” y otros descalificativos, así también lo hizo con la instituciones existentes en el país, recordamos cómo el último caudillo que tuvo el país, que fue el entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, como ejecutivo federal realizó muchas reformas importantes, como la expropiación petrolera o la expropiación de la tierras a los terratenientes y entregadas a los ejidatarios, pero también debemos conocer que este presidente también fortaleció e impulso a las instituciones existentes, ¿porqué cito a este caudillo?, sencillamente porque para AMLO, este presidente para su gusto fue en el México contemporáneo el mejor. Sin embargo, él, AMLO, permanentemente mandaba en campaña al diablo a las instituciones.  

Recordamos cómo el tabasqueño cuando fue candidato a la presidencia de la república en el pasado proceso electoral, también candidato por las izquierdas PRD–PT  y el ahora Movimiento Ciudadano, actuó en gran parte de su campaña contrariamente a lo que siempre señaló en el 2006, es más, hasta al Presidente de la República que siempre lo llamó espurio, en la campaña presidencial del 2012 lo reconocía como presidente de los mexicanos.

En estos momentos, no tan sólo se manifiesta abiertamente como adversario del próximo Presidente de la República por el partido que en algún momento lo defendió, hoy también se convierte en adversario de los partidos de izquierda, hoy conforma a su MORENA como partido político nacional, esto no es malo, lo que no se puede aceptar es que este hombre piensa como Caudillo, pero a mi gusto, no a favor de los mexicanos, está actuando a favor de su supervivencia en el poder público, ahora buscará por conducto de su partido en formación, ser por tercera vez consecutiva candidato presidencial, en ese tiempo no por los llamados paridos de izquierdas, que al día de hoy están más divididos que nunca, será sin duda candidato presidencial por su MORENA, no importándole si puede lograr el triunfo, ahora lo único que le interesa es estar y vivir de lo que tanto criticó, de las instituciones, hoy eso no le importa, lo importante será estar en el sistema político mexicano, que las reglas y prerrogativas que otorga la institución, recursos que provienen de los impuestos del pueblo.

Pues bien apreciados lectores, en el inicio del siglo XXI nace un nuevo caudillo, pero en estos momentos no para servir a su pueblo como tanto juro y perjuró en campaña, sino para servirse de los recursos del pueblo que tanto criticó. ¿Usted qué Opina?

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