Orizaba.- El vocero de la Diócesis de Orizaba, Helkyn Enríquez Báez, opinó que hay hastío, desesperación y cansancio de parte de la población, “están hartos de la violencia”; lo anterior luego de que se registraran al menos siete asesinatos durante el fin de semana, entre ellos un jugador de fútbol del equipo de los Tiburones y un locutor de la radio.
Dijo que a los sacerdotes e integrantes de la Iglesia católica les toca en primer lugar escuchar y, en segundo, como comunidades cristianas deben procurar “los valores del reino, es decir, la verdad, la justicia, pero también de la paz”, indicó.
Consideró que no se puede buscar justicia o caminos de conciliación a través de más violencia, por lo contrario, “las comunidades cristianas podemos colaborar para construir estos valores del reino. No somos los únicos que nos toca hacerlo, hay otras instancias que también deben de colaborar, juntos podemos ayudar a pacificar a nuestra región, pero hay autoridades e instituciones que les toca realizar su trabajo”, comentó el vocero.
Indicó que se sigue lamentando la violencia que hay en la sociedad “sabemos del acto de violencia que se registró afuera de una iglesia en la zona entre Córdoba y Fortín. Ante estos hechos de violencia, donde se producen víctimas que algunos se atreven a negar, nosotros lamentamos este estado de violencia y de crisis que hay en el Estado”.
Dijo que estos hechos están ocasionando dolor a muchas personas, debido a que sufren los familiares, los amigos y en “especial cuando se trata de vidas jóvenes como los dos casos que se entiende que son personas que están en una etapa de la vida en donde se debe de tener esperanza, alegría y no que sean truncadas”.
Mencionó que ante estos acontecimientos dolorosos le queda como Iglesia tres actitudes, es decir: “vencer la maldad a fuerza de hacer el bien, orar por las víctimas, por su eterno descanso y por sus familiares para que tengan consuelo, pero nos anima ponernos en solidaridad como Iglesia y, aunque no fueran católicos, como cristianos nos unimos a ellos, porque nos une el espíritu del Señor”.
En un tercer punto, indicó que queda esperar que las instituciones de procuración de justicia manifiesten no sólo la voluntad, sino el dar respuesta al clamor ciudadano “que pide atención a estas situaciones y que se le dé una respuesta convincente de justicia a los familiares de las víctimas”.