Orizaba.- El vicario parroquial en la Catedral de San Miguel Arcángel, Javier Yael Cebada Tejeda, resaltó que si un niño manifiesta su intención por ser sicario o por los caminos de la violencia, sólo está reflejando lo que vive en el ambiente en el que se desenvuelve, por lo que señaló importante que los padres de familia pongan más atención y les enseñen valores positivos.
Consideró que si un niño empieza a decir: “yo quiero ser sicario y otras cosas que son caminos de violencia, caminos de destrucción humana, de agresión, de descomposición social; si el niño está diciendo eso, él mismo nos está reflejando en qué ambiente está creciendo, qué es lo que está escuchando, qué es lo que está viendo en las redes de la libertad, en un ambiente desordenado o tan inadecuado, es decir, ese niño está creciendo solito como una plantita, porque ahorita estamos en el tema de que puede ser un niño, pero también una niña que exprese eso”.
“Cuando vemos que el niño es agresivo, que golpea, que a su edad de entre 7 y 8 años, que tiene más palabras de groserías y de doble sentido que la gramática española que nosotros manejamos, entonces uno inmediatamente puede olfatear, puede percibir en qué ambiente está creciendo y nosotros como catequistas, esa es una preocupación”, reveló.
Mencionó que el papel de la mamá y del papá en su formación es muy importante, pues eso lo marcará para toda su vida; sin embargo, cuando delegan esta responsabilidad a otra persona ya sea un familiar, un conocido o los abuelos están poniendo en riesgo a su hijo, y no porque se ponga en duda que otras personas puedan hacer buenos papeles, pues “los abuelos ahora están haciendo un papel extraordinario, pero ellos no son los responsables”.
Resaltó que “un abuelito siempre será en la mayoría de los casos muy consentidor de los niños, porque está dando su segunda vuelta como papá, los va a consentir, los va a apapachar y muchas de las veces va a dar lo que no les dio a sus hijos”.
