Minatitlán.- Desde las 08:00 horas de ayer se iniciaron las exequias de las víctimas de la masacre del Viernes Santo, en las que familiares y amigos señalaron que están conmocionados por este hecho y exigen justicia para ellos y paz para la región Sur.
La liga infantil de beisbol de Minatitlán realizó un homenaje al entrenador César Hernández Barrera y su hijo Santiago, de un año, asesinados en la fiesta.
Luego de celebrar una misa de cuerpo presente, los restos del entrenador de la categoría Pony fue despedido en la cancha por compañeros de equipo y sus jugadores.
En un momento, con los féretros en el diamante, sus compañeros incluso realizaron el recorrido por las almohadillas, hasta llegar a home, para darle un aplauso a él y a su bebé.
Hernández Barrera jugó en esa cancha desde que fue adolescente y desde hace al menos tres años como entrenador. El último equipo que dirigió fueron los Marlins, integrado por jóvenes de entre 13 y 16 años.
El viernes, César y Santiago fueron asesinados durante una fiesta en la que murieron 14 personas en total.