Alejandro Solís
Columnista
II. LAS ILUSIONES
La mayoría de la ciudadanía no está en capacidad, no puede, no quiere, o no le conviene ver la realidad distanciada de la vida bella perlada de crisálidas aladas, flotando en nubes rosadas, apalabradas de vaguedades; sin captar la marca de la herencia genética biológica sobre la personalidad individual, y, la idiosincrasia de masas impuestas sutil y/o violentamente por las condiciones de explotación capitalizadas.
#LuchaDeClasesADNdeLaHistoria A través de las costumbres, la familia, la educación, los roles del trabajo y la cultura, el sistema nos endilga su patrón de pensamientos, comportamientos y logros, que dependen de los ingresos económicos de cada quien, en última instancia, con variantes de acuerdo a las capacidades personales, sin importar animosos deseos virginales.
Podemos aspirar a lo que queramos, pero, sólo quienes disponen de excedentes vastos cada vez más concentrados y centralizados, pueden hacer lo que les plazca. Hasta maicear cándidos.
La mayoría, al mirar inalcanzables sus objetivos de vida, claudica refugiándose en explicaciones banales sobre los orígenes de sus desgracias. Segregado, pierde su patrimonio, su entereza por delante. Se conforma, o, se suicida.
#AberracionesPersonalesDeEstado En lo político, son los casos del padre/patrón autoritario, y, el hijo desobediente; del comportamiento rebelde, pero aletargado, incoherente, inconsistente. Del pendenciero y del rebelde anarquista. De todo aquel que mostrando un viso de inconformidad latente, es asimilable.
En lo económico, los más vivillos se aferran a privilegios de la clase media, así sea sostenidos a créditos pagaderos de por vida heredables a sus descendientes; aturdidos por perder privilegios de tercera, bajan la cerviz ante quien les arroje mendrugos semanales. Los mínimos necesarios para retornar al trabajo al día siguiente; y, así hasta que una APP lo reemplace, aparezca alguien dispuesto a hacer su chamba por menos paga. O, concluya su vida útil.
#LaSociedadDeConsumo Cuando deseamos informarnos verazmente sobre las razones, métodos y finalidades de la educación de nuestros hijos, para los cuales quisiéramos lo mejor de lo que no gozamos al costo de lo que empeñamos, topamos con incomprensibles rollos del mar muerto; sobre todo por no disponer del verbo sustantivado, para entenderlos.
Para unos, las reformas de Peña Nieto, como es la educativa, son perfectas y sólo se trata de administrar su continuidad. Otros las descartan por aberrantes. Los mediocres desean corregirlas y perfeccionarlas.
Hay quienes creen que “la calidad” es un magnífico logro, en contraste con aquellos que pierden identidad por limitarse a obtener metas redituables sólo para el voraz patrón: exigente de capacitación técnica, precisa, apta, barata, y, desechable; sin reclamos.
#CapacitaParaLaExplotación Para los afectados, o sea para el 90% de la población, los rigurosos indicadores de productividad empresarial son porcentajes de explotación; resultado de condiciones humillantes en la chamba.
Y, en la vida cotidiana, hay quienes se sienten muy mal emocionalmente por su cruda realidad bombardeada con comida chatarra, utensilios desechables contaminantes, servicios públicos caros, infectos e inseguros; sin gozar de las famosas garantías constitucionales.
Sufren sin captar que así es por la ineludible Ley del Valor, capaz de subordinar el uso de las mercancías, incluida la de capacitación simple para el trabajo, indicada por el patrón internacional. Como es el caso del sistema educativo nacional.
#FrustraciónGeneralizada Los reclamos de las contrapartes sobre el problema laboral y académico heredado por Peña Nieto, miran por soluciones dispares, imposibles de resolverse, como son.
¿Quién recta al sistema nacional escolar? ¿El Estado, los funcionarios, los sindicatos, los profesores, los padres de familia o los alumnos? Y, ¿con qué enfoques? ¿Quién contrata y quién paga?
Dice AMLO: la nómina y las nuevas plazas no quedan en manos más que de la SEP y LA SHCP, pues las organizaciones sindicales y civiles no garantizan su manejo honesto… ¡como si el gobierno de los últimos 100 años sea un dechado de pureza, incluido el presente..!
Para los conservadores, valores deben guiar la educación que no practican: como eso de amar a tus semejantes, como a ti mismo.
Otros, mediante la educación formal quisieran abonar a la transformación verdadera de las condiciones de vida y trabajo. Imposible, pues, en general, en sociedades periféricas la escuela es alienígena que aliena, sin importar sea pública o privada.
#SociologíaDeLaConformidad Otros (¿palomas o gavilanes?) proponen más o menos lo mismo, pero con torceduras contrarias: desean sacar al paquidermo de la barranca traumática, con ánimos de bondad y amor incondicional: apelando al sentimiento, nos embarcan al parejo en un programa igualador –la excelencia- a todas luces, disparejo. Como se muestra en la pérdida de tiempo en las universidades y colegios de financiamiento público o privado, de las cuales salen profesionales discontinuados; en general, empleados y trabajadores sumados a las filas de desempleados y empleados, pero mal pagados.
Es cuando, dicen unos: -pos sí, pero, ¿por qué a nosotros nos toca estar siempre debajo del rabo del mamut? Y, peor, obrando, en su ensangrentado período; mientras, la mafia del poder goza de lo superfluo, incluida su capacidad de trasmigrar en chivas expiadas y nuevas recuas.
#MienteEngañaTraiciona El aniversario 100 del asesinato de Emiliano Zapata en Chinameca, enclavada en la zona de Huexca, Morelos, cuyo festejo fue montado desde el 10 de enero pasado por AMLO decretando “El Año de Zapata”, le resultó peor que las pesadillas del traidor Guajardo.
Las organizaciones civiles, las autoridades del municipio, sin mediar consultas balines, decidieron no permitir la oficialización del homenaje a Emiliano, por quien hace cuatro años en campaña prometió que llegando al gobierno clausuraría la termoeléctrica de Huexca, y, hoy siendo presidente, no tiene pena de decretar lo contrario.
Como de reciclar al Estado Mayor Presidencial en Estado Mayor de la Guardia Nacional, con directores acostumbrados a obedecer al mando; del amparo militar a los expresidentes; del olvido de la consulta para encausarlos; de no permitir el aumento del precio de gasolinas. De no pedir prestado, para completar el gasto.
Avalar las inversiones del grupo financiero que representa Trump, reavivando las relaciones financieras internacionales, o, neoliberales, con la engañifa de bienestar y seguridad nacional, oculta lo evidente.
Así como en EU Donald tundió al grupo de Bush/Clinton y Obama, en México, una jugada maestra electorera calentada con la promesa de afectar a la mafia del poder, desplazó a los tecnócratas neoliberales, sustituyéndolos por pragmáticos nacionalistas, que, hoy, en el poder gubernamental ejecutivo, legislativo y judicial, harán más de lo mismo, pero no igual, a favor de los Chicago Boys, sino del grupo de poder que por ahora controla Washington; los supremacistas blancos.