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Vastas zonas de hielo Ártico han desaparecido

Superiberia

 

Julienne Stroeve, una científica que lleva estudiando el océano Ártico durante décadas, viaja todos los veranos al Polo Norte para medir el avance del deshielo. A pesar de que sabe que el cambio climático está derritiendo el hielo a toda velocidad, un viaje reciente la dejó estupefacta incluso a ella: vastas zonas de hielo Ártico han desaparecido, superando los peores pronósticos. 

Es justo lo que nos han advertido los expertos. A medida que la tierra se calienta, genera “puntos de inflexión” que aceleran el calentamiento de forma descontrolada. Con las subidas de temperatura, se derrite el hielo del océano Ártico, destruyendo el gigantesco “espejo blanco” que devuelve parte del calor hacia el espacio mediante su reflejo. Esto lleva a un mayor calentamiento del océano, que a su vez derrite más hielo, y así sucesivamente hacia una espiral desenfrenada. En 2013, la temperatura, las tormentas… todo parecía trastornado.

PODEMOS parar este proceso si actuamos juntos y con urgencia. Ante esta pesadilla para nuestra supervivencia, tenemos la oportunidad de luchar por un mejor futuro para nuestros hijos, hijas y nietos: un mundo más verde, más limpio y en sintonía con la tierra que nos ha dado la vida.

Nos quedan 24 meses hasta la Cumbre de París, reunión en la que jefes de gobierno decidirán el destino de nuestros esfuerzos para combatir el cambio climático. Parece mucho tiempo, pero no lo es. Son 24 meses para conseguir que los líderes adecuados lleguen al poder, acudan a esa cita, reciban de los ciudadanos un claro plan de acción y podamos obligarles a rendirnos cuentas. Somos nosotros, contra las grandes petroleras, los cínicos y los pesimistas. Podemos ganar, debemos hacerlo, pero para conseguirlo hay que empezar ya, recogiendo muchas donaciones de unos cuantos euros o dólares por semana, de aquí hasta la Cumbre. Solo haremos efectivas las donaciones si conseguimos nuestra meta. Por el mundo que todos soñamos, hagámoslo realidad:

El pesimismo ante el cambio climático es inútil y paralizante. El tiempo se acaba, es verdad, pero está absolutamente en nuestras manos frenar esta catástrofe dirigiendo nuestras economías (dependientes del petróleo y el carbón), hacia otras fuentes de energía. Este cambio nos unirá como nunca antes, generando un compromiso profundo y una red de cooperación para proteger nuestro planeta. Es una hermosa posibilidad y el tipo de futuro que Avaaz quiere impulsar a toda costa.

Afrontar este problema va a requerir cabeza, corazón y altísimas dosis de esperanza. Este es el plan:

 

1. Entrar en política: eligiendo líderes verdes 

–Tres países clave tienen elecciones el próximo año. Asegurémonos de que ganen las personas adecuadas, y reciban el mandato correcto. Avaaz es una de las pocas organizaciones de activismo global que puede involucrarse políticamente. Y dado que esta batalla se decidirá en la arena política, en algún punto nos tendremos que enfrentar a las petroleras para que los políticos nos escuchen.

 

2. Convertir a Hollande en un héroe contra el cambio climático 

–El presidente francés jugará un papel crucial como anfitrión de la cumbre de París. Tenemos que utilizar todas las tácticas disponibles y explorar todos los caminos -sus amigos más íntimos, su familia, su bagaje político, sus asesores- para convertirle en el héroe que necesitamos para que el encuentro sea un éxito.

 

3. Ir un paso más allá 

–La dimensión de la crisis exige que vayamos más allá de las técnicas de campaña convencionales. Llegó la hora de articular acciones no violentas, fuertes y directas que capturen la imaginación, transmitan la urgencia del momento e inspiren a la gente a actuar. Hay que abordar este desafío con mentalidad ‘Occupy’ el Ártico.

 

4. Denunciar a los saboteadores

–Multimillonarios como los hermanos Koch de EU y sus compañías petroleras son los mayores boicoteadores del cambio climático. Financian ciencia basura para confundirnos y gastan millones en publicidad engañosa, mientras compran sistemáticamente a los políticos. Tenemos que denunciar y contrarrestar sus terribles e irresponsables acciones con periodismo investigativo y mucho más.

 

5. Definir el acuerdo 

–195 gobiernos en una habitación pueden resultar inútiles incluso ante una catástrofe planetaria. Tenemos que invertir en asesoría política de primera calidad para desarrollar estrategias ingeniosas con mecanismos y compromisos meticulosos para que, cuando llegue la cumbre, una masa crítica de líderes ya esté apoyando gran parte del acuerdo y nadie pueda afirmar que no existen buenas soluciones.

Necesitamos decenas de miles de pequeñas donaciones para lanzar este plan cuanto antes. 

En la última gran cumbre sobre el clima en Copenhague en 2009, jugamos un papel fundamental apoyando candidaturas verdes en Alemania y Japón, cambiando la posición de Brasil, y ayudando a conseguir un importante acuerdo global sobre financiación para que los países más ricos ayuden a los países con menos recursos con cien mil millones de dólares al año para enfrentar el cambio climático. En ese entonces, Avaaz éramos tres millones de personas. Después de Copenhague, pensamos que teníamos que ser mucho más grandes para afrontar el reto que supone el cambio climático. Ahora somos 32 millones y crecemos a un ritmo de dos millones de personas al mes.

El cambio climático es el máximo desafío a nivel global que requiere acción colectiva y cooperación intergubernamental. Y Avaaz es esa solución de acción colectiva, con millones de personas unidas con una visión común a través de todas las naciones. Éste es nuestro momento para construir un mundo para nuestros hijos cuya belleza coincida con la de nuestros sueños. Pongámonos en marcha.

Con esperanza y agradecimiento por esta increíble comunidad,

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