La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la cifra de infectados de Chagas, una infección sistémica causada por el protozoo Trypanosoma cruzi, en México asciende a 1.1 millones, y asegura que al no existir vacuna, el control vectorial es el método más útil de prevención.
La enfermedad afecta principalmente el corazón, agrandándolo, el intestino grueso y el esófago. Tiene alta prevalencia y es de difícil tratamiento en Latinoamérica.
Al no existir vacuna, la UNAM desarrolla un biofungicida para combatir uno de los principales transmisores en nuestro territorio: la chinche besucona, de la especie Meccus pallidipennis, responsable de 74 por ciento de los casos. Además, esta fórmula es inocua para los humanos, otros organismos, y para la naturaleza misma.