La Ciudad de México inauguró en noviembre el primer banco de sangre para perros y gatos del país. Su objetivo es brindar ayuda a los animales que requieran una transfusión sanguínea, ya sea porque fueron víctimas de un accidente o porque padecen enfermedades como cáncer, hemorragias, anemias, insuficiencia renal o hepática.
Sin embargo, para que esta iniciativa funcione es necesario encontrar familias dispuestas a que sus mascotas se conviertan en donadoras. Para que un perro pueda entrar en el programa debe pesar más de 25 kilogramos, tener entre uno y ocho años, estar vacunado, desparasitado y gozar de un excelente estado de salud.