México, D.F.- La reforma para abrir los energéticos mexicanos al capital privado nacional y extranjero es considerada en Estados Unidos como paso “histórico” para el bien de América del Norte, aunque se festeja con cierta cautela, ya que aún no hay reacción oficial de Washington y la mayoría de las petroleras de este país guarda silencio ante el público.
Algunos celebran que la apertura es más amplia que lo previsto, mientras analistas y rotativos resaltan que al parecer las empresas extranjeras tendrán mayor “control” del que esperaban sobre el petróleo producido en México.
The Wall Street Journal señaló que la reforma aprobada “podría ser la legislación económica más transformadora en un siglo” en México, la cual “expone a la empresa de petróleo estatal… al libre mercado”. En su editorial publicado después de la aprobación de la reforma por la Cámara de Diputados, el jueves de la semana pasada, el rotativo agregó que es difícil exagerar lo que esto implica en términos políticos y económicos para México, Estados Unidos y Canadá.
La nueva legislación, explicó, no sólo permite a empresas participar en proyectos de exploración y producción, sino que a “las compañías extranjeras se les permitirá tomar control del petróleo producido. México tendrá que asegurar que las reglas de implementación de la ley estén escritas de tal manera que otorguen certidumbre a los inversionistas de que pueden capitalizar sobre sus inversiones. Si eso sucede, México empezará a surgir como un poder global de energía de la misma manera que lo han hecho Canadá y partes de Estados Unidos”.
The Journal señaló que la ley sobre energéticos aprobada en México “continúa una tendencia que se inició con una serie de presidentes pro libre mercado y que continuó con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte en 1993”.
The Financial Times reportó que “es difícil exagerar el significado de la reforma, la cual abre la puerta al regreso de ExxonMobil y Royal Dutch Shell al décimo productor de petróleo más grande del mundo”, y subrayó que el control sobre los recursos energéticos en México ha sido sagrado desde que las petroleras extranjeras fueron expulsadas en 1938 con la nacionalización.
Sin embargo, en un editorial, el mismo periódico advirtió que el grado de oposición en México no sólo muestra qué tan audaz fue la iniciativa del presidente Enrique Peña Nieto, “sino también el riesgo de que el progreso aún puede ser revertido”. Por eso subrayó que “el gobierno sabiamente (optó por) diferir la pregunta sobre cómo se repartirá el botín, para ganar respaldo para el principio de propiedad privada”, e indicó que los opositores tendrán más oportunidades para minar la reforma al debatirse los detalles para su implementación.
Otros, como la agencia Bloomberg, resaltaron que la reforma permitirá que empresas como Exxon Mobil y Chevron desarrollen “el área más grande de crudo no explorada después del círculo polar ártico”.
The Washington Post consideró en un editorial que la reforma “abrirá la puerta para un despegue económico de México”. Explicó que con la reforma, las empresas extranjeras podrán asociarse con Pemex para explorar, extraer petróleo “y registrar ingresos esperados de la producción para propósitos de contabilidad, clave para obtener financiamiento”. Más aún, el rotativo comparó lo logrado en México con lo poco que se ha hecho en Estados Unidos, “demostrando cómo una democracia más funcional puede abordar los problemas más grandes y sensibles de la nación”.
AGENCIA