Un oleaje descomunal en un mar interno y una lluvia de esferas de vidrio fueron las condiciones a las cuales no pudo sobrevivir en Norteamérica la biodiversidad continental ni tampoco marina. Los dinosaurios y los peces murieron y fueron enterrados en cuestión de horas o incluso decenas de minutos después de la caída del asteroide Chicxulub.
Así es el cuadro que presentó este viernes al público un comunicado de la Universidad de Berkeley (E.U), augurando una próxima publicación de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences. La apocalíptica imagen proviene esta vez de un yacimiento paleontológico y no de una hipótesis sobre el último día de los dinosaurios.
El paleontólogo Robert De Palma llevó a cabo durante seis años, desde el 2013, las excavaciones en el depósito Tanis en Dakota del Norte (cerca del municipio de Bowman, en la formación geológica de Hell Creek). Los hallazgos demostraron con creces que se trata de un campo que evidencia la matanza generada en muy poco tiempo, posterior al impacto del Chicxulub en el golfo de México.