in

Ixhuatlán aún llora a sus víctimas

Superiberia

Ixhuatlán del Café.- El 28 de diciembre es una fecha inolvidable para todo el pueblo de Ixhuatlán del Café. Ése día, cuatro hombres inocentes murieron a manos del Ejército Mexicano. Sus familias siguen esperando y clamando justicia.

En repetidas ocasiones, personal del Ejército Mexicano y peritos de la Procuraduría General de la República (PGR) han realizado peritajes en la escena del crimen, ubicada sobre la avenida 5, entre calles 6 y 8 de la colonia Centro de Córdoba, para levantar evidencias sobre lo ocurrido aquella noche del 28 de diciembre.

Las viudas aseguran existen varias irregularidades e inconsistencias en la investigación ministerial 173/2012/111 y en el oficio 7912 de la Procuraduría General de Justicia del Estado enviado a los Servicios Periciales de la Procuraduría estatal.

Una de ellas dice que  nunca existió la prueba de rodizonato de sodio para saber si en verdad sus familiares dispararon, pues jamás encontraron casquillos de bala en el lugar desde el cual supuestamente le habrían disparado al retén.

“Es obvio que sembraron armas y alteraron evidencias”, expresan aún dolidas por lo ocurrido. “Exigimos una investigación a fondo; sólo pedimos que se investigue este caso hasta sus últimas consecuencias, porque nuestros familiares ese día salieron de Ixhuatlán hacia Córdoba para comprar refacciones”, señalaron.

Los familiares afirman que no han recibido ninguna respuesta por parte de las autoridades, ni del Ejército; tampoco el Gobierno del Estado ha confirmado, a casi un año de la tragedia, qué ocurrió aquella noche, ni  tampoco si ya hay personas detenidas o responsables.

Continúan defendiendo el honor de los cuatro hombres abatidos el 28 de diciembre de 2012, quienes según el Ejército Mexicano y el Gobierno del Estado, intentaban rescatar el cuerpo de un sicario abatido ese mismo día en un enfrentamiento en la colonia Margarita Morán.

Eva Piña Teodoro y Gabriela Piña, viuda y media hermana, respectivamente, del mecánico Jesús Juárez; Patricia Velázquez, viuda de Luis Vargas Piña; y Javiera Vidal, viuda del taxista José Raúl Fernández Ortiz, decidieron hablar a casi un año de la tragedia que enlutó no sólo a ellos, sino a todo un pueblo donde reinaba la paz y la tranquilidad.

Pero no son las esposas, ni las madres quienes más han sufrido sus muertes, pues siete niños huérfanos se las han visto negras para poder salir adelante.

“No hemos tenido respuesta, la última vez que hablaron con nosotros fue cuando nos manifestamos en Xalapa, ahí dijeron que se investigaría el caso. A la fecha no han dicho nada”, dijo  Eva Piña

En Ixhuatlán del Café, un pequeño municipio de no más de 20 mil habitantes repartidos en 30 congregaciones, donde se vive de la siembra y corte de café, la ciudadanía parece no olvidar que el Ejército les arrebató a cuatro de los suyos.

Con el dolor que representa haber perdido a un ser querido, y sobre todo a los pilares de sus respectivas casas, las mujeres han logrado sobre salir y tratan de sacar adelante a sus hijos, aunque a veces las fuerzas se derrumban por el llanto que causa recordar.

Javiera Vidal vive en El Crucero, una congregación a ocho kilómetros de la cabecera municipal, su vivienda es de madera y láminas. El frío, sobre todo en las noches, cala los huesos; ella era esposa del taxista, quien ese día acompañó a Jesús Juárez a comprar sus refacciones.

La mayoría de ellas no cuenta ni con la secundaria terminada, no sabían hacer otra cosa más que atender su casa y estar a disposición de sus hijos y maridos. Aunque Patricia trabaja cortando café, pero ahora, dice, las cosas son muy diferentes, pues el aromático no está dejando suficiente dinero para poder sacar adelante a su familia.

No han podido borrar de su memoria aquella noche trágica en vísperas de Año Nuevo. Sus hijos no saben por qué sus padres fueron tachados como delincuentes.

CUANDO ABATIERON AL “POKEMON”

El 28 de diciembre, cerca de las 16:00 horas, en una rápida acción que comenzó en calles de la colonia El Pueblito y concluyó en una casa de seguridad ubicada en la colonia Margarita Morán, infantes de la Marina-Armada de México y del Ejército Mexicano lograron el abatimiento de 5 delincuentes, entre ellos, el jefe de plaza de “Los Zetas” de la región, identificado como “El Pokemón”.

   Los elementos de seguridad decomisaron en el lugar seis armas largas, un lanzacohetes, un cohete y dos vehículos, los cuales fueron puestos a disposición de la autoridad competente.

   Los hechos se registraron cuando elementos de la Sedena fueron atacados por pistoleros mientras realizaban reconocimiento terrestre, repeliendo éstos la agresión armada e iniciándose una persecución vehicular; cuando los malhechores se vieron cercados, otro convoy de delincuentes, a bordo de un segundo automóvil, haciendo uso de potentes armas y granadas de fragmentación acudió a tratar de rescatar al identificado como máximo líder de “Los Zetas” en la región; sin embargo, ya también habían arribado infantes de Marina quienes enfrentaron a los pistoleros, dejando abatidos a cinco.

   Un elemento militar resultó con una herida ligera por arma de fuego en la parte femoral derecha, por lo que fue trasladado a una clínica del Seguro Social, donde fue atendido.

  Esa misma noche, Jesús Juárez, Luis Vargas Piña, José Raúl Fernández Ortiz y Ángel Piña Teodoro, todos ellos vecinos del municipio de Ixhuatlán del Café, acudieron al centro de Córdoba para hacerse de mercancía para abastecer a la refaccionaria con la que contaban.

   Eran alrededor de las 20:00 horas cuando a bordo del taxi de Ixhuatlán del Café, pretendían volver a su destino. Sin embargo, al circular por la avenida 5 sufrieron un accidente automovilístico; desafortunadamente el chofer no tomó la decisión correcta, y en vez de quedarse a resolver el problema, emprendió velocidad para huir.

   Al viajar a exceso de velocidad, no notó que sobre la avenida 5 entre calles 6 y 8 de la colonia Centro, justo a fuera de la funeraria Vélez, había un cerco militar.

   Pese a que intentaron frenar, no lo lograron, penetrando el sitio. Antes de decir algo o pedir “disculpas”, los militares que resguardaban los cuerpos de los cinco sicarios abatidos horas antes, abrieron fuego contra de ellos.

   Testigos  mudos del hecho, confirmaron que después, y a pesar de que ya estaban muertos, los militares siguieron disparando a diestra y siniestra contra los ocupantes del vehículo.

    Esa misma noche, el Gobierno del Estado tachó como delincuentes y sicarios a las víctimas mortales, asegurando que intentaban rescatar el cuerpo del líder de los “Zetas” Ángel Enrique Uscanga Marín, alias “El Pokemón”.

 

Miguel Ángel Contreras Mauss 

EL BUEN TONO

CANAL OFICIAL

Mujer que deslumbra

Se hunden por malas obras de Ayuntamiento