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BIPOLARIDAD EDILICIA

Superiberia

Por Andrés Timoteo / columnista

BIPOLARIDAD EDILICIA

Los integrantes del Cabildo orizabeño se comportan como La Chimoltrufia, ese personaje cómico inventado por Roberto Gómez Bolaños y que lo mismo decía una cosa que otra. Esto porque van tres sesiones que votan diferente cada vez respecto a la estatua del dictador Porfirio Díaz, que desde el 2015 fue instalada en la Plaza Bicentenario.

Primero en el 2018 abogaron porque permaneciera. Luego, el 26 de febrero de este año porque fuera retirada y dieron como plazo el día 15 de marzo, pero en esa misma fecha, el viernes de la semana pasada, se convocó a otra sesión y revirtieron la votación para que la efigie no se moviera.

Los ediles de Orizaba se comportan con una polaridad política y de convicciones históricas que asustaría a cualquier letrado. Al parecer, el monumento al dictador permanecerá en un espacio público aun cuando nunca debió estar allí porque es una ofensa para todos, especialmente para los habitantes del corredor textil que son descendientes de los obreros masacrados en 1907 por órdenes suyas.

 Además, tampoco encaja con el régimen gubernamental que encabeza Morena, pues el presidente López Obrador se ha declarado juarista, maderista y antiporfirista. El diputado de Morena por ese distrito, Nahum Álvarez Pellico, condenó la decisión del Cabildo orizabeño para incumplir el acuerdo que se tenía de retirar la efigie, aunque anticipó que la misma, tarde o temprano será desterrada, si no es ahora lo será en el 2021 cuando Morena gane los comicios municipales. ¿Tan seguros están?

IMPERICIA O COMPLICIDAD

 Por cierto, hablando de Orizaba, el jueves fue un día representativo en materia de inseguridad por dos hechos que ponen en evidencia la debilidad de las autoridades. Uno, fue el asalto a un empleado de una empresa local, al que le quitaron un millón de pesos antes de ingresar a una sucursal bancaria, en pleno Centro de la ciudad.

Los ladrones tuvieron todas las facilidades para el atraco y, tras cometerlo se fueron tranquilamente del lugar sin que nadie los molestara. Ni un policía se apareció por el lugar. Este robo a las afueras de la sucursal bancaria se suma a otros tres ocurridos ese mismo día en el Puerto de Veracruz, donde cuentahabientes fueron despojados de dinero luego de retirarlo de diversos bancos.

En Orizaba y en Veracruz, las autoridades han presumido a sus policías municipales como eficientes, pero lo sucedido muestra lo contrario. Y eso que el robo a usuarios de la banca forma parte de los delitos del fuero común. Mucho se ha dicho que empleados de las sucursales bancarias estarían coludidos con los delincuentes, pues de esos cuatro hurtos tres se dieron inmediatamente después de realizar los retiros de dinero en ventanilla.

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