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VIERNES DE ENCANTO

Superiberia

Por Andrés Timoteo / Columnista 

Flores de azahar, romero, manzanilla, ruda, sauco, palo mulato, ajo, eufrasia, muña, jengibre, malva, gordolobo, árnica, laurel, cola de caballo, salvia, yerba del ángel, barbasco, rosa purga y de Castilla, yerba de San Juan, albahaca, buganvilia, escobilla y otras tantas hierbas -hasta 120- son protagonistas del Encanto que se desata hoy Primer Viernes de Marzo. La tradición recomienda recolectarlas al amanecer o dejarlas ya cortadas para que las cubra el sereno -la brisa leve- que antecede la salida del sol.

Las puertas del Encanto se abrieron anoche y éste impregnará con su magia curativa a todos esos ingredientes. Luego deberán ser colocados en aguardiente de caña en el que reposarán por lo menos tres días, aunque entre más añeja sea la infusión mejor resultado dará. La botella o recipiente deberá ser sellado con un lazo rojo mientras dure la maceración y los conjuros para que ésta funcione dependende de cada persona, cada creencia y cada región.

Esta infusión no solo sana ‘sustos’, ‘espanto’, depresión y algunos dicen que hasta ‘males de amor’ -las enfermedades del espíritu- sino también dolencias físicas de todo tipo desde cólicos hasta afecciones musculares. Se ingiere o se unta. En Veracruz le llaman “Té de Marzo” o “Aguardiente de Marzo”. Es la pócima curativa por excelencia, donde los médicos escasean y las farmacias aún más. Una mezcla de herbolaria y fe. ¡Y funciona!

Si no lo creen basta preguntar en los pueblos y regiones rurales de todo Veracruz -y todo México- no solo en Catemaco o en el resto de los poblados en Los Tuxtlas, sedes por antonomasia de las prácticas brujeriles. Y no es que en este texto se ofrezca una receta esotérica ni mucho menos, sino que es la referencia de una práctica cultural que viene desde la época prehispánica y que está muy arraigada en la población.

La medicina que proporciona la naturaleza también perfila a los pueblos, sostienen los antropólogos. El “Aguardiente de Marzo es parte de lo que muchos llaman “magia blanca” o “magia buena” y en sí es el jarabe de los pobres, dicen algunos, aunque en las zonas rurales lo toman hasta los adinerados. Es también una de las muchas opciones que se tienen para atrapar la magia del Primer Viernes de Marzo.

Está a la par de otras pócimas para atraer el amor, las ‘limpias’ o ‘rameadas’ para asear el aura y deshacerse de maleficios o los amuletos para allegarse dinero o poder. Veracruz es una de las regiones más esotéricas del país y del mundo, tanto que tiene a Catemaco como principado de los brujos. Pero la magia de esos hechiceros hoy en día es para muchos una mera leyenda urbana, porque estos se han mercantilizado y mediatizado.

Vaya, ya hay hasta un Festival de los Brujos con bailes populares, muestra gastronómica y recorridos turísticos. Todo menos lo cabalístico y misterioso. Lo más peculiar es que, para estar a la moda, los nigromantes ya hasta se volvieron ecologistas. En días pasados, uno de los llamados “brujos mayores” de Catemaco, acudió a una cafetería del puerto de Veracruz para anunciar que este año ya no se sacrificarán gallinas ni gatos ni cabras en sus rituales.

Además, utilizarán en sus “limpias” huevos de gallina negra, pero criadas al aire libre y alimentadas con granos libres de alérgenos –‘huevos ecológicos’, pues- ¡Háganos el favor! Otro “brujo mayor” tiene su página en internet, en la que el cliente puede hacer citas para someterse a una “rameada” o si no quiere moverse hasta Catemaco ahí mismo puede recibir terapia chamánica por la web, encender veladoras negras virtuales, recibir conjuros para recitar, etc.

Si acaso llega a necesitar alguna pócima especial, pues se la envían por paquetería. Todo pagado con su tarjeta bancaria. ¡El mundo se va a acabar!, han de decir los verdaderos brujos que ahora tendrán que competir con la magia del internet, los pagos electrónicos y los hechizos en las redes sociales -donde pululan brujas, magos, arpías y esperpentos-.

Y qué decir de la hermandad de la brujería con la política tan cierta como tan desprestigiada, al menos en Veracruz. Los brujos de Catemaco que antes eran una consulta obligada para todos los hombres del poder ahora arrastran el descrédito porque en sus predicciones político-electorales no atinan ni en el concurso de ‘La Flor más bella del ejido’. Pocos son los políticos que acuden a ellos y esos van más por la fotografía promocional que por una creencia real.

Vaya, los hechiceros ahora hasta mendigan la atención de los nuevos ocupantes del poder local. Hace también algunos días, los brujos mediáticos aseguraron que ahora son alcaldes y diputados del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), los que llegan a pedirles ayuda esotérica para mantenerse en el poder como en su momento lo hicieron los priistas. “Y duraron 80 años en el poder”, afirmó uno de los hechiceros. ¿Amenaza o maldición?

En fin, hoy los brujos del poder ya no son tan eficaces ni en los vaticinios, aunque los que si son reales son esos que llegan “bien brujas” al poder y dejan de serlo, gracias a la magia del presupuesto gubernamental. El dinero público es más poderoso que cualquier conjuro, maleficio, amuleto o brebaje porque convierte a mendigos en millonarios. A los feos los hace guapos, a los tontos los hace que los llamen “licenciados” -ahora hasta “maestros” o “doctores”- y a los malos los convierten en próceres. Pero eso solo es temporal como toda magia negra.

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