Si bien en los 12 últimos meses la dupla gobierno-PRI debió apoyarse siempre en PAN y PRD, y así lo reconoció de manera consistente, para impulsar y aprobar reformas estructurales que sus bancadas parlamentarias pospusieron los dos últimos sexenios, la percepción popular apunta hoy a ellos, precisamente, como los (únicos) artífices y beneficiarios (políticos) de las mismas…lo que, huelga decir, poco o nada abona a la oposición partidista.
Y esto, no sólo por el hecho de que a nivel social se identifique y reconozca al presidente Enrique Peña Nieto como autor y promotor de las reformas en materia educativa, telecomunicaciones, hacendaria-fiscal, energética y la político-electoral (incluso cuando, en este último caso, ni iniciativa presentó), sino, fundamentalmente, porque amén de lo anterior, panistas y perredistas en general, sus dirigencias de manera específica, deben cargar ahora con el estigma de haber jugado el (triste) papel de compañeros de viaje —idiotas útiles, diría alguno— del gobierno y su partido en la aprobación de las mismas.
Percepción en política, sin embargo, no es realidad, como se evidencia en el hecho de que, por sólo citar un ejemplo, la parte sustantiva de los cambios aprobados en materia energética hayan sido propuestos originalmente por la oposición blanquiazul y no, como se piensa ahora, por el equipo gubernamental o sus operadores a nivel Congreso o, en paralelo, que si la Reforma Político-Electoral finalmente transitó fue gracias a la presión de la representación de Acción Nacional.
Al margen, resulta por demás evidente que si alguien habrá de beneficiarse con la aprobación de las reformas citadas éste no será otro que el presidente Peña Nieto y su administración que, lo hemos dicho aquí de manera consistente, iniciará su segundo año de gestión en condiciones óptimas para implementar su programa de gobierno que, dígase lo que se diga, no ha pasado de ser una propuesta… y acreditar en los hechos el dicho presidencial de que ¡el 2014 será el año de la eficacia!, de los resultados concretos.
Asteriscos
* Duro revés para el tolerante Miguel Ángel Mancera Espinosa (MAME), la decisión del Senado de posponer, presumiblemente hasta febrero, el debate y eventual aprobación del dictamen —elaborado en muchas de sus partes, a gusto de la izquierda— que modifica el estatus jurídico del Distrito Federal, para convertirlo en (el Estado de) la Ciudad de México, con alcaldías en lugar de delegaciones, cabildos y, en principio al menos, un Constituyente encargado de dotarle de una ley fundamental propia…
* Al cierre de esta edición, y cuando no se cumplían apenas 72 horas de su aprobación, la Reforma Energética había recibido ya ¡15 de 17! avales necesarios para poder ser promulgada, presumiblemente, apenas retorne de su viaje en curso a Turquía, el jefe del Ejecutivo. ¡Vaya operación!
