Fue la sesión de los desfiguros. Unos asegurarán que por lo que, dicen, se le hizo a la Constitución -¡ay, la metáfora!-, pero otros fueron más allá de eso. Un vahído metafórico tal vez. Y es que si la marcha de las 75 horas que anunció el PRD pareció un exceso, uno de los integrantes del grupo parlamentario perredista, Antonio García Conejo, demostró que se puede ir más allá.
Le faltaron la música y los aplausos, porque los gritos (más bien abucheos) los tuvo. ¡Fuera ropa! Voló el saco y la corbata. Luego la camisa y el pantalón. Se quedó en interiores “porque así despojaron a la nación…”. Y es que, en su lógica, lo que estamos viendo es lo mismo que pasó con Teléfonos de México y Ferrocarriles Nacionales de México. A pesar de saber que esas dos industrias sí se privatizaron. Pero de haberlo expresado así, no habría tenido sentido su intervención, que así como la vimos, lo tuvo.
En la misma sesión, también vimos a una de sus compañeras, Karen Quiroga, calentado los ánimos, como reza el lugar común y goleando a la también diputada priista Landy Berzunza. Y es que, argumentarán: cómo no estar a la defensiva si el PRD tomó la tribuna de San Lázaro para defender (sic) el petróleo del país.
Nadie dijo que sería una sesión fácil. El que se haya realizado en una sede alterna nos lo confirmó. La salida del PRD del Pacto por México fue un claro adelanto de su postura. Atrás la energética o nada, fue la enmienda con la que se sumaron -a su manera- a la discusión.
Fueron 354 votos a favor y 134 en contra los que dieron luz verde a la Reforma Energética. Ha librado ya al Congreso de la Unión. Ya es cosa de que 50%, más uno de los congresos estatales la avalen para que sea promulgada y, entonces sí, comience la transformación del sector energético del país.
La pregunta vuelve a ser la misma, ¿la izquierda mexicana trabajará en iniciativas que enriquezcan los cambios que se están promoviendo desde el gobierno federal o se quedará anquilosada en batallas donde han obtenido claras derrotas? En la respuesta encontraremos la verdadera intención de cada uno de los varios grupos que vemos de la izquierda.
Los perredistas no querían que se discutiera la reforma, mucho menos su aprobación. Hicieron lo que pudieron por evitarla, aunque se integraron a la sesión sólo para el desfiguro como último recurso. Pero, al ver, cuál será la aportación para lo que viene, ¿o nos quedamos sólo con sus protestas?
Addendum. Pero la energética no es sólo lo que toca a Pemex, también está la CFE. Y con esta reforma podrá, para su funcionamiento, acceder a más gas a menor precio; y eso dará menores costos de generación y permitirá ofrecer tarifas más baratas a todos los sectores productivos y a la población en general. Además, la Comisión Federal de Electricidad se transformará en una empresa productiva del Estado. Contará con una mayor autonomía técnica, de gestión y presupuestal.