El clima no ayudó mucho. Se esperaba un servicio por todo lo alto, aunque al final Nelson Mandela tuvo un funeral de Estado. Fueron cinco los días de luto, fueron más, mucho más quienes salieron a las calles a despedir a quien se convirtió en el fundador de una democracia que no conocían y que escribió su nombre en la historia del siglo XX como uno de los verdaderos líderes.
Aquellos que ayer se encontraban en el estadio en el que hace tres años el mismo Mandela clausuraba el Mundial de Futbol, fueron testigos de la despedida de su Madiba. Y ahí también, compartiendo con ellos, varios jefes de Estado de varias partes del mundo. Una muestra del alcance del poder de cohesión que siempre caracterizó al ex presidente sudafricano.
Más allá de los reflectores que acaparó la fotografía que se tomaba Barack Obama con David Cameron y Helle Thorning-Schmidt, la primera ministra de Dinamarca; más allá del encuentro que Enrique Peña Nieto tuvo con el cantante Bono y la actriz Charlize Theron; que si bien, todos fueron invitados al servicio.
Acaso la fotografía que más destacó, fue la que capturó el momento en que el presidente Obama saludaba a Raúl Castro, el presidente del país que ha sido su rival desde hace tantos años, varias décadas ya. Y, mejor aún, cuando la ex esposa de Mandela, Winnie Madikizela, abrazó a la hoy viuda de Madiba, Graça Machel; momento que se convirtió en el más emblemático de la ceremonia.
Más allá de esto, impresionó el discurso de quienes tuvieron la oportunidad de hablar al micrófono. Desde el mismo Barack Obama hasta Dilma Rousseff.
“Es difícil elogiar a cualquier hombre (…) cuánto más difícil hacerlo con un gigante de la Historia que dirigió una nación hacia la justicia (…) Mandela es el último libertador del siglo XX…”, dijo el presidente de Estados Unidos sobre Mandela.
“Símbolo supremo de dignidad y consagración inclaudicable a la lucha revolucionaria por la libertad y la justicia, la reconciliación y la paz (…) un ejemplo insuperable para América Latina y el Caribe…”, fueron las palabras de Raúl Castro, el presidente cubano.
“La lucha de Mandela y del pueblo sudafricano se transformó en un ejemplo para todos los pueblos que luchan por la justicia, la igualdad y la libertad…”, fueron la palabras de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff.
Cada uno de ellos —personajes distintos y hasta confrontados, como el caso de Obama y Castro— dando discursos en un tono semejante y que pocas veces hemos escuchado en torno a una misma figura. Y es que ése es uno de los legados de Mandela: la capacidad de unión, de cohesión.
Y es que a Nelson Mandela no sólo le sobrevive su país, sino un siglo y su historia completa; pues es ejemplo de muchos de los líderes que hoy están en el poder, y de muchos más que hoy se encuentran en vías de llegar a él.