Por Andrés Timoteo / columnista
A BOTA RETUMBA
La semana cierra con una noticia bivalente que podría ser buena o catastrófica para la Nación, según evolucionen las decisiones tomadas. El miércoles pasado, la Cámara de Diputados aprobó la creación de la Guardia Nacional por la bancada de Morena que hizo valida la alianza “PriMor” pues se alió con el PRI y el PVEM para tener la famosa “aplanadora” en la votación.
Lo anterior a pesar de las alertas dadas por expertos nacionales e internacionales sobre el riesgo inminente de militarizar al País. Es cierto, en San Lázaro se hicieron algunas adecuaciones a la propuesta original como el establecer dos mandos para la Guardia Nacional, uno civil y otro militar, pero eso no garantiza que la Nación quedará sujeta la injerencia castrense en todos sus ámbitos.
La misma diputada morenista, Tatiana Clouthier, quien se opuso siempre a ese esquema de militarización lanzó la advertencia de que con el poderío que se le dará a las Fuerzas Armadas, el próximo Presidente de la República lo impondrán los militares. De esa gravedad es el asunto y el panorama se antoja peligroso con la bota de los soldados retumbando por todos lados.
La aprobación de la Guardia Nacional se enmarca en la estrategia del Gobierno de López Obrador para combatir el crimen organizado, pero es un camino sinuoso que muchos comparan con el Pacto por México del 2012 que fue una serie de reformas legales en sectores medulares -laboral, energético, electoral, fiscal, de radiocomunicación y educativo- que impulsó el PRI y fue apoyada por el PAN y el PRD, pero que terminó haciendo un daño enorme a la Nación.
Tan fue así que el Gobierno lopezobradorista ya está en proceso de revertir la educativa. Ahora la Guardia Nacional y la respectiva militarización del País tiene ese mismo calado y muchos anticipan que las próximas legislaturas estarán en el dilema de desmantelarla si resulta dañina como han pronosticado. Eso si, para el 2024 no hay un presidente-soldado.
