Orizaba.- Para mostrar su amor a la Virgen de Guadalupe, muchas personas van hasta de rodillas a la Basílica, a veces son mayores o embarazadas, a las que se les pide que de preferencia hagan otro tipo de sacrificio, de manda.
El obispo Marcelino Hernández manifestó lo anterior y dijo: “La devoción viene desde nuestro aprendizaje primario, por la fe que desde niños aprendemos, sentimos ternura y atracción por la dulzura de María que sufrió por nosotros”.
Añadió que la Madre de Dios aceptó a los seres humanos como sus hijos, “y todo eso lo hace a uno sensible a la fiesta de la Santísima Virgen”.
“Es un hecho que las peregrinaciones y los accidentes que se suscitan entre quienes van por las carreteras corriendo, en bicicleta o caminando, son reales cada año, pues hay quienes no van bien abanderados, ni con suficiente luz o señalización”, añadió.
Destacó que la Iglesia también acepta otras manifestaciones de fe, como la reconciliación con el hermano al que no se le habla, una visita a un enfermo, o hacer una buena acción, en lugar de exponerse en las carreteras, apuntó
Invitó a los peregrinos que el miércoles caminarán para La Ermita e incluso de otros estados, que tengan mucho cuidado, porque si bien es voluntad de las personas, para ellos es un sacrificio, una expresión de fe valiosa.
Como se sabe, cada 11 de diciembre por la noche decenas de católicos suben a la Ermita de Acultzingo para traer el fuego guadalupano a sus parroquias, entre ellos se encuentra el grupo de motociclistas.
Omar Celiseo V.
El Buen Tono