LA DEL ESTRIBO
El todavía presidente Felipe Calderón Hinojosa realiza por estos días su última visita oficial a Veracruz. A una semana de entregar el poder, el panista deambula por todo el territorio nacional inaugurando obras que ni siquiera están terminadas como lo hará en la entidad –según los trascendidos porque había imprecisiones en la agenda oficial – para dar la apariencia de que hasta en las postrimerías de su mandato hay algún listón que cortar. La agenda preliminar señalaba la inauguración de un museo en la fortaleza de San Juan de Ulúa, varios tramos carreteros, una clínica y la participación en un acto en la Escuela Naval de Antón Lizardo, Alvarado.
Calderón Hinojosa, el presidente de la guerra y de los 80 mil muertos, se va como llegó: en medio de la ignominia. Sale de la presidencia manchado de sangre y al periplo de despedida en el país lo marca la desdicha. En Veracruz, la gira del estribo – terminó que le resultará muy familiar a Calderón pues es proclive a empinar la jarra- se enmarca en tres hechos de violencia: el asesinato de los empresarios Judith Scagno Sosa y Edgar Hazz Herrera. La primera es hija de una regidora en Papantla y el segundo era originario de José Azueta y es familiar de un periodista.
El tercer suceso fue el presunto secuestro –hay quienes dicen que fue una extorsión telefónica- de la mamá de la periodista y concesionaria de radio, Ana Cristina Peláez, en Orizaba. En ese contexto se da el último periplo calderonista a Veracruz, entidad azotada financieramente con el desencuentro que tenía con el ex gobernante estatal y a la que no le hizo justicia ni siquiera cuando se terminó la fidelidad. Muchos esperaban que en el marco de su guerra a los delincuentes pondría tras las rejas al innombrable pero no fue así, lo dejó gozar de impunidad igual que al “Gober Precioso” de Puebla, Mario Marín y al “Gober Tramposo” de Oaxaca, Ulises Ruiz.
Calderón no fue justo con los veracruzanos pues no hizo nada por castigar a quien desfalcó financieramente al estado y abrió las puertas del horror que hoy se está viviendo. Ahora, sea una cosa o sea otra, hay y tres noticias para los mexicanos – y los veracruzanos-, una buena, otra mala y la tercera peor. La buena es que ya se va Calderón, la mala es que todavía falta una semana para que deje de jorobar y la peor, que llega el copetón Enrique Peña Nieto y con él todo el viejo PRI.
El ranchero Vicente Fox lo prometió en el 2000 pero no pudo – y tampoco quiso- sacar las víboras prietas y tepocatas, y a partir de diciembre próximo, a las alimañas priistas que quedaron desde hace dos años más los roedores azules que se acumularon, se sumará los tlacuaches, mapaches, cocodrilos, dinosaurios, buitres y demás fauna tricolor que regresarán al poder con el mexiquense.
TÍOS LOLOS
Lo que ha sucedido en los últimos días en el congreso local confirma la certeza del lema oficial sobre que Veracruz “es el estado ideal para soñar” pues las comparecencias de los secretarios de despacho como parte de la glosa del segundo año gubernamental son de una pereza tremenda que hace dormir a propios y extraños. Los funcionarios no rinden cuentas, no responden cuestionamientos, no aclaran dudas y lo peor, no lo hacen porque los legisladores – todos planchados y almidonados- ni siquiera formulan preguntas de valía.
Los cuestionamientos son de adorno, de relleno. No hay seriedad ni revisión. Los comparecientes llegan a mostrar videos y a leer ponencias, algunas que tienen un contenido tan inverosímil que son dignas de la colección de los insólito. Por ejemplo, el secretario de Comunicaciones, Raúl Zarrrabal reportó obras…¡¡ que todavía no se construyen!!. Cacareó las autopistas Córdoba-Jalapa y Veracruz-Los Tuxtlas así como la ampliación del aeropuerto El Lencero que solo existen en proyecto, en la demagogia porque no hay una sola piedra colocada.
Aún así, con obras inexistentes que se declaran como logros anules, es también descabellado que los diputados hayan aceptado el argumento y le hayan aplaudido. ¿No es eso una falta de cordura?. Eso solo ocurre en Veracruz, sin duda. Otro que llevó como reporte lo inexistente es el secretario de Desarrollo Social, Marcelo Montiel, quien repitió la cantaleta de que se acabó la pobreza en el municipio de Mixtla de Altamirano y que el gobierno estatal tiene un reconocimiento internacional por abatir la marginación pese a que en días pasados el Consejo Nacional de Evaluación del Desarrollo Social (Conveval) desmintió el triunfalismo local al emitir que Veracruz fue la entidad del país donde más creció la pobreza en el último par de años. ¡¡ Y ninguno de los diputados lo cuestionó por eso…!!.
Y qué decir del des-contralor Iván López Fernández que enfatizó que la administración estatal es la “más auditada” de todo el país, como si fuera algo para presumir. La casa más limpia no es la que más se barre sino la que menos se ensucia, habrá que recordarle a este funcionario, y si se audita a la entidad es porque no hay confianza en el manejo de los dineros y programas que hacen sus homólogos de gabinete. El des-contralor tampoco ve ni oye la corrupción que lo rodea, no ha castigado los desfalcos financieros tan escandalosos que dejó la pasada administración estatal ni los cometidos en la presente. Nada se mueve, nada sucede, no ve a los pillos y dice que no es ministerio público para investigarlos.
¿Pues entonces qué hace este funcionario si no revisa, no investiga, no sanciona, no trabaja?. Por cierto, López Fernández junto con el indescriptible Juan Nemi Dib, que sigue ocupando la dirección del DIF, son los funcionarios prósperos que más gastos en comilonas reportan a la administración estatal. Ambos se la pasan despachando en restaurantes con cargo al erario público. Con lo de las cuentas pagadas con el erario público de este par, cuentan los bien enterados, alcanzaría para darle de desayunar diariamente a un centenar de niños en escuelas rurales. De ser así, ya se sabe entonces el motivo por el cual no alcanzan los recursos del DIF para alimentar a los necesitados.
LAS PETACAS LISTAS
En la comparecencia de López Fernández sólo hubo un quejumbroso, el cordobés Juan Carlos Castro que fue a acusar al secretario particular del gobernante en turno, Juan Manuel del Castillo de utilizar el erario público para hacer campaña anticipada por la alcaldía de los Treinta Caballeros – por la cual también suspira el panista, presuntamente financiado desde palacio de gobierno por lo que para él es algo así como “fuego amigo”- a lo que el funcionario una vez más se hizo el Tío Lolo, diciendo que mientras no haya una queja formal
no está obligado a investigar. ¿Para qué le siguen pagando a este señor que no trabaja?, se insiste.
De los que han comparecido en el recinto parlamentario al menos cuatro ya están con las petacas listas para irse del gabinete. Tres se irían a candidaturas en el 2013: el secretario del Trabajo, Marco Antonio Aguilar Yunes por Córdoba – ya sea para la presidencia municipal o el Ayuntamiento- y Raúl Zarrabal para la alcaldía de Boca del Río y Marcelo Montiel de Desarrollo Social para Coatzacoalcos. De ellos, el único con posibilidades reales de obtener un triunfo es Montiel en el sur – si no le hace trabajo en contra su púpilo y ex amigo, el actual alcalde Marcos Theurel-, los otros dos, Aguilar Yunes y Zarrabal, van a lo incierto, tal vez a perder según anticipan hasta los mismos priistas.
El cuarto es el pomadoso titular de Finanzas, Tomás Ruiz, del que ha trascendido que se va a un cargo en el gabinete de Peña Nieto, según lo anda pregonando, porque le encontró acomodo su madrina, la lideresa magisterial, Elba Esther Gordillo. ¿Qué harán los veracruzanos sin esas cuatro mentes brillantes?. Habrá que hacer mandas o encenderle una veladora a algún santo para que cambien de opinión, se queden en el gabinete y sigan beneficiando a todos con su sabiduría, destreza, finura, honestidad y buen trabajo. Ajá sí.