Por Andrés Timoteo / columnista
DOMINGO FAMILIAR
En esas cosas que suceden en la política ahora el verde parece estar trastocándose a marrón. Durante decenios el evento del Puerto de Veracruz para conmemorar la promulgación de la primera Ley Agraria del País, la emitida en 1915 por Venustiano Carranza y que era una respuesta inmediata a los postulados de la Revolución Mexicana, fue acaparada por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
De hecho, ya era un entendido que cada 6 de enero más que rendir culto al logro legislativo, la fecha servía para que ese partido mostrará el llamado “musculo” campesino con reuniones masivas de labriegos auspiciados por la Confederación Nacional Campesina (CNC). Las ceremonias presumían el llamado “voto verde”, es decir el voto de millones de campesinos a favor del tricolor.
Esto último ya se fue, ya no existe el sufragio verde para el tricolor. Ya ni el mito queda, aunque si permanecen las formas y los discursos. Ayer, a la ceremonia realizada en el Puerto acudieron los mismos: los del PRI y los de Morena, sus clones. Solo faltó el presidente Andrés Manuel López Obrador quien no acudió, pero si lo hará los primeros días de febrero, según la agenda anunciada.
La forma denota el fondo, dice una máxima acuñada por los mismos ideólogos del priismo y solo hay que ver quien fue el primer orador en la ceremonia para comprobarlo, el senador de Morena, José Narro Céspedes fundador del Partido del Trabajo (PT) y viejo aliado de López Obrador. El dúo de Narro Céspedes con el eterno líder del PT, Alberto Ayala Gutiérrez desde el 2006 fue la bisagra electoral que sirvió a López Obrador en sus tres intentos por alcanzar la Presidencia de la República.
Claro, lo apoyaban con la mano izquierda, porque con la derecha seguían recibiendo prebendas del Gobierno priista. No hay que olvidar que el PT fue financiado durante muchos años por la familia Salinas de Gortari. Hoy, Narro Céspedes es el líder de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala (CNPA), la organización de Morena que si bien no pretende sustituir a la CNC sí busca posicionarse como su ‘alter ego’ en el reclutamiento de campesinos y el clientelismo electoral del sector rural.
Ayer, Narro Céspedes anticipó que vendrán reformas legales para “organizar el campo conforme a la Cuarta Transformación”. ¿Qué se entiende con esto? Saquen sus deducciones. Después del morenista habló un priista, el dirigente nacional de la CNC, también senador, Ismael Hernández Deras, quien dijo más o menos lo mismo que su antecesor. Es la indicativa coincidencia, ninguno de los discursos tuvo diferencias, no importa quien los pronunció porque fue el mismo contenido. Traducción: Morena y el PRI tienen la misma diatriba.
Y en lo que fue toda una metáfora política, ayer le hicieron un espacio al “Caudillo del Sur”, Emiliano Zapata, junto al “Barón de Cuatro Ciénegas”, Venustiano Carranza, pues se pidió y se avaló -por el gobernador Cuitláhuac García- la edificación de un monumento al morelense en la misma plaza del Faro porteño. Dicen que será para conmemorar el centenario de la muerte de Zapata, en 1919, pero esa es la forma, el fondo es la convivencia de dos proyectos partidistas hermanos, el original y el clonado.
Zapata necesita ser homenajeado, claro que sí, pero la mejor conmemoración no es en piedra ni en bronce sino en justicia social al campesinado. Un monumento no resolverá la crisis del campo y lo peor es que los labriegos continuarán bajo el clientelismo electoral. Los funcionarios federales aseguraron en el evento que se acabará con esta práctica, pero en todo el País se realiza a marcha forzada el llamado “Censo del Bienestar”, realizado por dirigentes y activistas de Morena.
¿Para qué creen que lo hacen?, para decidir los beneficiarios de los programas sociales. El avance de ese censo electoral será supervisado por López Obrador en su visita a Veracruz en febrero. Por cierto, ayer también se excluyó del evento a los alcaldes de Veracruz y Boca del Río, Fernando Yunes y Humberto Alonso Morelli, porque ambos son panistas y no caben, obviamente, en un domingo familiar del PRI y Morena.
La sorpresa del evento fue un acto de resurrección. Llamado de su catacumba, salió el exdirigente del PT en Veracruz, Ezequiel Flores Rodríguez, ahora erigido en líder de la versión estatal de la Coordinadora Plan de Ayala, a quien le dieron el micrófono para su discurso. Terca memoria, terca memoria. Flores Rodríguez es ese mismo que hace 14 años puso a ese partido en manos del innombrable para que naciera el ‘PT Fiel’.
Fue como la invocación de Munn-Ra en la caricatura Thundercats: ¡Antiguos espíritus del mal transformen este cuerpo decadente en “Cheque” Flores! No hay que olvidar que cuando este señor se mecía en los brazos de la fidelidad, el entonces secretario de Gobierno, Reynaldo Escobar, lo llamaba pública y cariñosamente: “Mi Cheque en blanco”. Vaya milagros resucitadores de la “Cuarta Transformación”.
EL MITO OBRERO
Hoy 7 de enero se cumplen 111 años de la masacre de obreros textiles en la región fabril de Río Blanco. Se ha tomado como referencia a este municipio, Río Blanco, porque allí se localizaba la fábrica textil más grande de las cinco que existían hace un siglo y que en un tiempo por la calidad de su producción hicieron que la zona se denominara “la Manchester Veracruzana”.
Los trabajadores de las otras fábricas de la región, Cocolapan, Santa Rosa, San Lorenzo, y Cerritos distribuidas en los municipios de Ciudad Mendoza y Nogales, también se unieron a la huelga de 1907 y fueron asesinados por orden del dictador Porfirio Díaz. La cifra de obreros asesinados sigue siendo un misterio, pero algunos hablan de hasta 5 mil.
Y como sucede con el caso de los campesinos, también para el PRI ya se desmoronó el mito del voto obrero, aunque algunos sectores como el petrolero sigue enganchado a líderes charros. Sin embargo, en su mayoría los trabajadores ya no sufragan por los tricolores como se comprobó en julio pasado, no solo porque han descuidado a ese sector sino también a su memoria en las luchas revolucionarias y obreras.
Hoy en Río Blanco se verá el interés de los gobiernos de Morena, federal y estatal, para con la memoria histórica de los obreros. El evento será el termómetro de la prioridad de las autoridades. No hay que olvidar que, a más de un siglo, todavía hay rescoldos de la lucha obrera, específicamente de los extrabajadores que los últimos 30 años han sido despedidos de las fábricas sin liquidación justa.
De colofón, llegó el 11 Aniversario del martirio de trabajadores y todavía sigue en pie la estatua del dictador Porfirio Díaz en Orizaba, la cual es la versión de piedra de la última burla a la memoria de los miles de asesinados en 1907.