Por Mauricio Flores / columnista
¿Y los 500 mil millones de la corrupción Apá?
Luego de la revisión minuciosa sobre el primer presupuesto federal del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, los expertos en cuentas públicas exponen la prudencia y austeridad fiscal, un optimismo moderado en materia petrolera y cambiaria, así como una reasignación -con muchos ángulos polémicos- del gasto… pero nadie encontra los 500 mil millones de pesos de “ahorro sobre la corrupción”.
El presupuesto elaborado por el equipo de Carlos Urzua tiene la virtud de ofrecer un superávit primario de 1% del PIB durante todo el sexenio, pero denota también la estrechez económica de la administración pública y la constante necesidad de contratar deuda para pagar intereses, concepto por el cual se devengarán 726 mil millones de pesos en intereses. Sí el “dinero de la corrupción” estuviese escondido en el algún renglón para luego ser entregado a funestos funcionarios públicos, habría sido ya detectado y no tendría la hacienda pública la necesidad de solicitar financiamiento de 77 mil millones para 2019.
Los programas estratégicos del gobierno reclaman 252 mil millones de pesos, mas o menos un 1% del PIB, y su fondeo proviene de un intenso programa de reingeniería -que originalmente diseñó Gerardo Esquivel- para generar ahorros pero que ha ocasionado ya rispidez y reclamos, como el de la UNAM que encabeza Enrique Graue. De haber estado disponibles en algún punto los famosos 500 mil millones de pesos, tales desencuentros y jaleos no habrían acontecido.
En suma, el cofre del tesoro no estaba donde se creyó. Probablemente se puedan generar ahorros relevantes -y colocar un bloqueo a la corrupción- a través del nuevo sistema de compras consolidas de bienes y servicios del gobierno federal que llevará Raquel Buenrostro como oficial mayor de la SHCP. Pero esos ahorros son una meta a lograr, con un método a construir y una eficiencia por comprobar… y que por tanto no se contabilizan en este Presupuesto 2019.
Tomo Coca-Cola, pago lo que debo
En un mundo con estrés hídrico, en un país donde las zonas más densamente pobladas están en riesgo de escases de agua, resulta de la mayor importancia que la Industria Mexicana de Coca Cola, que encabeza Manuel Arroyo, retorne a la naturaleza más líquido de la que consumen sus procesos y sus clientes. Vaya, el “cultivo de bosques de agua” es una de las iniciativas más destacadas de la empresa de bebidas más importante del país. Tan importante como que 45% de su portafolio de productos sea bajo o nulo en calorías, lo cual contribuye a la disponibilidad de productos para las personas que optan por un estilo saludable de vida; y siendo una industria que aporta 1.4% del PIB al tiempo que usa resina reciclada en casi 30% de sus envases y 42% de la electricidad que usa proviene de fuentes renovables, el saldo de Coca Cola es una contribución neta al bienestar en el país.
Canadevi, grito en el cielo
Ojala haya sido un “errorcito” en la presentación del Presupuesto Federal y no una supresión de la partida para el subsidio de la vivienda social. Los desarrolladores de vivienda representados en la CANADEVI a cargo de Carlos Medina, saben que sin ese subsidio no será posible atender al 85% de los solicitantes de crédito hipotecario. Ojalá y todo sea un error.
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@mfloresarellano