Por: Verónica Carbajal / columnista
Muchos recordarán aquella imagen del pequeño migrante de tres años, de origen sirio, tirado sin vida en una playa de Turquía, y que se hizo viral y ocupó por días espacios en los medios de comunicación del mundo.
Pocos quizá en esta zona Centro de Veracruz recuerdan que en 2004, en la colonia Modelo de Río Blanco, se cerró la única en esta región, Casa del Migrante “Ricardo Zapata”, adjunta a la Iglesia María Auxiliadora, auspiciada por la Diócesis de Orizaba, tras una crisis que vio su momento más crítico luego del ataque a una niña por parte de un migrante. Ocurrieron después otros hechos de vandalismo y delincuencia en comunidades de Ixtaczoquitlán, donde supuestos Mara Salvatrucha habrían asesinado a un campesino, atacado sexualmente a una madre y su hija, asaltado a un policía bancario, y lesionado a un jornalero.
En los últimos días la televisión abierta nos vende la imagen e historia de otro niño, Mario David, hondureño. Venía en la primera Caravana Migrante de la que, medios han dado cuenta desde su inicio a la fecha. Con 13 años escapó de su casa para viajar solo en busca del american dreem, fue detenido por agentes de migración y repatriado. Pero la historia continúa como en una obra: en el primer acto, se ve a Mario David llorando y jalado por policías; en el segundo acto, el mismo niño está de regreso en su casa pobre; y en el tercer acto, la casa sola, Mario David volvió a escapar y esta vez, con todo y papás.
El mundo vive una crisis migratoria, y en América, sucede en los países del Centro, un éxodo que podría empeorar si verdaderamente en los países de origen las condiciones de vida no mejoran. Y no es algo nuevo, históricamente las migraciones siempre han ocurrido, pero en el mundo actual, los países están al ‘full’ en su capacidad de atender las necesidades de su propia población, en la explotación de sus recursos naturales, y prefieren un orden que incluye un moderado crecimiento poblacional, porque no hay cómo atender a más pobladores, y menos extranjeros, y menos si los consideran una amenaza a la seguridad.
El tema de la migración, por años ha estado en la agenda de medios de comunicación, aplica incluso al término de Agenda Surfing, cuando algunos temas se vuelven relevantes, recurrentes, son públicos y la popularidad del tema permite sostenerlo en la cresta de la ola, por buen tiempo.
Ha despertado el interés de políticos, economistas, sociólogos, columnistas, escritores, y lo manifiestan en redes sociales y causan controversia, como sucedió a la escritora Ángeles Mastretta, quien con un comentario en su cuenta de Twitter, despertó gran cantidad de comentarios a favor y en contra. Y es cuando uno puede ver la polarización entre ciudadanos, respecto a estas caravanas migrantes.
Muchos somos migrantes en nuestro propio País, nacemos en una ciudad y vivimos en otra, por necesidad laboral, familiar o por estudios, es nuestro derecho en un País donde hay libre tránsito. Pero cuando se trata de extranjeros surgen dudas ¿qué derecho tienen ellos de estar en esta tierra? Principalmente cuando en regiones como la nuestra, existen antecedentes como el de la Casa del Migrante. O cuando sabemos que la falta de empleo es una realidad en nuestra comunidad.
“Demotecnia” de María de las Heras, dedicada a encuestas en México, recién reveló resultados a propósito de los migrantes, indica: el 52% está de acuerdo en permitir el libre paso a los migrantes, porque sólo buscan tener mejores oportunidades; contra el 32% que dijo no se les debe dejar pasar, porque su paso traería problemas de empleo, seguridad y servicios.
Son más los que están a favor de las caravanas migrantes, es evidente. Las muestras de apoyo han sido muchas.
Dice la canción del argentino Facundo Cabral, famosa en la voz de Alberto Cortés: “No soy de aquí, ni soy de allá, no tengo edad, ni porvenir, y ser feliz es mi color de identidad”, y que compuso precisamente luego de haber salido de su País. Así dicen ahora, miles de hondureños, salvadoreños, guatemaltecos y otros, en su periplo por México tras el “sueño americano”.
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