- Orizaba ha sido cuna de grandes hombres que grabaron su nombre en la historia
Orizaba.- En el panteón municipal “Juan de la Luz Enríquez”, yacen ilustres personajes como el General Ignacio de la Llave y Segura, Benemérito del Estado; además, el padre de la Seguridad Social Nacional, Valentín González Suárez; el médico y político Ignacio Gómez Izquierdo; el pintor orizabeño José Justo Montiel, el abuelo de Francisco Gabilondo Soler “Cri-Crí”, Coronel José Antonio Soler; el profesor, escritor, ensayista y periodista, José Lama Hernández; el Capitán de Fragata Blas Godínez Brito, quien dirigió la batalla de San Juan de Ulúa.
Además, James Shirley, originario de Kilkenny Irlanda, quien llegó a México como Ingeniero Civil contratado para supervisar los puentes del Ferrocarril mexicano en 1866, diseñó y construyó los puentes Metlac y Cumbres de Maltrata.
En una placa del pequeño museo en la entrada principal del camposanto, se lee: “A su muerte en noviembre 19 de 1904, su ataúd fue trasladado en una máquina con vagón de ferrocarril, decorado con arreglos florales, al igual que la estación de Orizaba, desde donde partió dicha máquina sonando la sirena del tren hasta la entrada del cementerio”.
También se encuentra José María Naredo, historiador de ideas conservadoras, entre sus escritos las biografías del Cura Don Nicolás del Llano, del pintor Gabriel Barranco y de José Miguel Sánchez Oropeza, fue presidente municipal y ocupó varios cargos en obras para beneficio de la ciudad como la exposición veracruzana y el enrejado del atrio de la parroquia de San Miguel.
Los restos de Juan Sorcia, soldado orizabeño que luchó contra la invasión francesa, en la placa dice “abandonó el Ejército y se dedicó a emborracharse, a pedir dinero para su vicio, generalmente amanecía en alguna banqueta donde se quedaba dormido”.
El dato curioso es que una de esas noches, debido a una epidemia de peste en la ciudad, fue confundido con uno de los tantos muertos y llevado al cementerio, “cuando despertó de su borrachera se vio cubierto de cal, entre cadáveres de la fosa común”.
A partir de ese momento juró no volver a beber y en penitencia cargó con una cruz de madera hasta la cima del Cerro del Borrego, conocida como la Cruz de Sorcia, donde organizó una comida “y se realiza cada año”.
También está Sebastián I. Campos, quien fundó y dirigió los periódicos “El Siglo que Viene” y “Pensamiento Liberal”, fue masón y alcanzó el grado 30 del Rito Escocés antiguo, aceptado Caballero Kadosh y aunque nació en el Puerto de Veracruz, combatió en las huestes liberales al lado del general Ignacio de la Llave en la Revolución de Ayutla y la Guerra de Reforma, participó en la Intervención Francesa, murió en 1827 y fue sepultado en esta ciudad.
Además, Felipe Suberbie, director y gerente general de Cervecería Moctezuma, se destacó por su filantropía dándoles a los trabajadores el descanso dominical, además de que fue promotor cultural y de Comercio; Heinrich Daniel Mantey, fundador y maestro cervecero de origen alemán, llegó a Orizaba para la elaboración de la Moctezuma y Sol; Fray Bernardino Osorio, fundador de un asilo para niñas que lleva su nombre; Rosa Iturriaga de Carrillo, esposa de don Manuel Carrillo Tablas, presidente municipal por cinco ocasiones y responsable del financiamiento del transporte del Palacio de Hierro, diseñado por la compañía Sociéte Anonime Des Forgues D’ Aiseau de Bélgica, además de que donó terrenos para el parque Castillo y el mercado Melchor Ocampo.
El médico, político Ignacio Gómez Izquierdo, quien trasladó la lápida de Tepatlaxco al Museo Nacional de Historia, en 1094; se unió a Rafael Tapia, Gabriel Gavira y Heriberto Jara, para apoyar a Francisco I. Madero contra el Porfiriato.
Entre los presidentes municipales, Julio M. Vélez, quien participó en la gestión para la instalación del Palacio de Hierro, además, testigo de la inauguración del mercado Ocampo y el manicomio, apoyó el progreso textil de la región. José Landero y Pasquel, durante su administración mandó construir en mármol los monumentos del General Ignacio de la Llave, Héroes 1847, la estatua de Benito Juárez y Miguel Hidalgo e inauguró el kiosko del parque Castillo.
Clemencia Isaura, seudónimo que utilizó la poeta y escritora Francisca Ruvira de Ojeda, creadora de las revistas “La Mujer Mexicana”, “La Calandria”, “El Dictamen”, “Alborada”, “Arte y Lengua” y “Entreacto”, además de sus hijas Alicia y Carolina, fundadoras del Baile Jarocho en el Club Moctezuma.
Humberto Gutiérrez Zamora, apellidos con los que se conoce al auditorio de la ciudad, fue coordinador de eventos deportivos a nivel nacional e internacional, presidente municipal, normalista, catedrático, periodista deportivo y fundador del Sindicato Magisterial Autónomo de Orizaba.
Ismael Rivera Gastelu, fundador de la Cía Corcho y Lata de México S A, los Hermanos Ramón, Juan y Julia Caracas; el primero fue Coronel, el segundo Teniente durante la Revolución Mexicana. Aníbal Peralta Castellanos, fundador del “Día de Orizaba” en 1977, que se celebra cada 18 de diciembre, fecha que iniciaron las obras del alumbrado del parque San Juan de Dios y el adoquinamiento de la alameda. Isidro Palou Obregón, fundador de la Cruz Roja Mexicana, a quien se le concedió el grado de Subcomandante General en la República Mexicana.
La mártir orizabeña
Uno de los personajes que hicieron historia fue Leonor Sánchez López, mártir orizabeña, durante la persecución religiosa cuando se prohibió la práctica de actos religiosos públicos. Asesinada el 7 de febrero de 1937 durante una misa dominical en la casa del párroco José María Flores; entraron los policías municipales y destruyeron todo a su paso, ella tomó el cáliz con las hostias e intentó escapar y al verla huir un policía le disparó por la espalda, herida siguió corriendo, por lo que le dieron un segundo disparo cayendo desangrada en la esquina de Sur 5 y Oriente 10.
Miles de ciudadanos enojados acompañaron el féretro con sus restos mortales, marcando el fin de la persecución religiosa, abriéndose los templos. Sus restos estuvieron en este cementerio hasta 2013, al ser trasladados a la capilla de Guadalupe, en la Catedral de San Miguel Arcángel.
Muchos personajes ilustres
El administrador del panteón municipal, Camilo Boschetti mencionó que hay muchos personajes ilustres y que dejaron una huella intangible, no sólo a nivel local, también nacional e internacional, en periodismo, medicina, seguridad social, entre otros.
El nombre que lleva se debió a que los orizabeños estaban molestos con el entonces gobernador Juan de la Luz Enríquez, por llevarse los poderes del Estado a Xalapa; el primer inhumado del Panteón de las Flores fue un joven de 15 años en 1884; ahí se ubica la Piedra del Gigante, además, la cueva del Cristo Negro.
La tumba más importante es la del General Ignacio de la Llave, sin embargo, la más significativa por ser visitada siempre es la de la niña Ana María Segura y Couto, quien falleció el 6 de julio de 1908, a los 2 años y 3 meses; conocida también como la “Niña del Ángel”, pues se relata que éste se mueve.
La figura fue un trabajo de la marmolería italiana de Reinaldo Cuagnelli, un ángel que con sus alas cuida de los rayos del Sol y de la lluvia la escultura de una niña, la rosa que tiene en sus manos hace que las gotas de la lluvia bajen de esta a los labios de la pequeña.
“Aunque ya no hay familiares en la ciudad es muy visitada, le ponen flores, le traen arreglos, muñequitas, carritos, pulseras, aretes”, detalló.
Indicó que el segundo atractivo más visitado es la Piedra del Gigante, uno de los tesoros arqueológicos de Veracruz, en medio de la tumba se levanta un monolito en el que se ve tallada la figura de un hombre de gran estatura, considerado como el más antiguo, pues se estima que es producto de la última erupción del Pico de Orizaba, es decir, entre 1300 y 1500 de nuestra era.