Se acerca el día para que llegue el “ilustre” y nuevo presidente de México, Enrique Peña Nieto. La verdad qué feo es tomar posesión de un cargo que te ganaste a base de trampas, y todavía montar el teatrito de proponer una Comisión Anticorrupción.
Corrupción política, en términos generales, es el mal uso público (gubernamental) del poder para conseguir una ventaja ilegítima, generalmente secreta y privada. El término opuesto a corrupción política es transparencia. Por esta razón se puede hablar del nivel de corrupción o de transparencia de un Estado o Nación.
En corto, Portilla no sabe qué es transparencia ya que después de más de 8 meses de solicitarle la nómina del Ayuntamiento y agotando recursos, éste sigue sin mostrar lo que es su obligación y ¿por qué digo que es su obligación? Porque él es un servidor público que administra los recursos municipales y por lo tanto tiene que rendir cuentas a la ciudadanía, la cual tiene todo el derecho de saber cómo lo gasta y a quién le paga.
Pero tal parece que la gente no sabe esto y no ejerce su derecho. Entonces, si no es transparente, indudablemente es corrupto.
Sin embargo, Iván López dijo que tras hacer muchas auditorías federales no han inhabilitado a ningún funcionario por actos de corrupción, luego entonces, también hay malos manejos en esas auditorías.
Hay en Corregidora, Querétaro un alcalde que decidió romper con la corrupción y la impunidad, por lo que puso una denuncia contra su antecesor Antonio Zapata Guerrero, ¿cuando dejaremos de sorprendernos en nuestra entidad al ver acciones como éstas? pues aquí ya es costumbre tapar los trapitos sucios de los presidentes antecesores alcahueteándoles lo que encuentren de malversaciones.
Otra clase de corrupción es el despilfarro de recursos públicos, y un claro ejemplo fue publicado en los medios nacionales… Gabino Cué, gobernador de Oaxaca, lleva gastados 16 millones de pesos en arreglar su oficina.
De los 570 municipios -que tiene todo su estado de Oaxaca-, 320 reciben menos de 15 millones de pesos al año por participaciones federales y estatales.
Como dice Marco A. Solís, “a dónde vamos a paaaaraaarrrr”.
Pobre México, en todos lados hay corrupción que genera impunidad y por consiguiente inseguridad y violencia.