¿Por qué todavía tenemos que preocuparnos por el dinero que corrompe la economía?
La economía se centra en influir en la desarrollo económico; Mientras que la política es el ejercicio de poder para influir en las personas.
Teóricamente, la economía podría ser apolítica Idealmente, un economista debería ignorar cualquier sesgo para poder dar propuestas neutrales en cómo avanzar el desempeño económico de un país. Los políticos elegidos podrían luego tomar decisiones al considerar dicha información económica en la práctica.
Sin embargo, existe una relación muy fuerte entre política y economía, porque el desempeño económico es un frente político clave.
La mayoría de los asuntos económicos se ven a través de los ojos de las creencias políticas, pero siempre se puede encontrar alguna evidencia que apoyará un fuerte argumento que se inclina hacia o contra el gasto, impuestos, etcétera. Sin embargo, la historia nos muestra cómo el gasto irresponsable, persiguiendo las posibles ventajas políticas y el cabildeo crean barreras en el camino de una política justa, sistema, así como en la forma de una economía que busca el mayor bien para la mayoría de la gente.
Y cómo debemos, como sociedad, trabajar todos juntos para combatir las corruptas fuerzas de poder e influencia que hoy amenazan con envenenar a nuestros sistema político democrático, que muy bien podría empujar a nuestra sociedad al caos, una vez otra vez.
La Revolución Francesa es un ejemplo de cómo el fracaso de la corona para resolver el problema fiscal cuenta como la “chispa” o “desencadenante” de la Revolución y quizás por su duración y muchas de sus vueltas y revueltas. (Blanco, 227)
Al final del día, ¿por qué los ricos y las corporaciones invierten dinero en ¿Campañas políticas y cabildeo? A veces, las opiniones políticas están en la línea.
Pero mucho más que los donantes menores, los mayores gastadores están financiando ventajas resultados de la política, tales inversiones les dan apalancamiento para moldear la economía en su favor a medida que los más ricos se separan del resto del país, las políticas que apoyan – impuestos excepcionalmente bajos sobre los ricos, la subinversión en el
el resto del futuro de la gente, un tratamiento único para las organizaciones que imponen importantes costos y riesgos ambientales en las sociedades: van progresivamente en contra de las políticas.
El país en realidad y desesperadamente lo necesita, aparte de la igualdad política, el objetivo también debería ser prevenir la gobierno para ser víctima de poderosos intereses económicos y para dar paso a políticas económicas que salvaguarden y lleven más allá los intereses de la mayoría de la gente.
En otras palabras, el gobierno tendría que jugar por las reglas de la mercado capital, aumento de la seguridad en el lugar de trabajo, así como proporcionar a los empleados seguridad financiera significa que son más productivos.
Un Incremento en los ingresos tributarios de la inversión en fondos de las categorías de ingresos más altos, educación e infraestructura, proporcionando beneficios a largo plazo a la sociedad como así como a la economía.
Hoy, sin embargo, el vínculo entre la democracia y el mercado se está debilitando, y ambos extremos están siendo reestructurados por las nuevas mareas de poder e influencia.
Y no es solo el gran volumen de dinero lo que está impulsando el cambio.
Al igual que en la tarde Francia del siglo XVIII y principios del XIX (blanco, 252), como significativa está empezando a ser la Abismo creciente entre los que están en las alturas dominantes y el resto de la sociedad.
Hoy en día, la participación en el ingreso nacional antes de impuestos que llega al 0,1% más alto es casi el doble de lo que era en los años setenta.
Mientras tanto, a medida que las economías alrededor del mundo crecen más globalizado, la financiación aumenta en importancia y muchas de las empresas más ricas.
Se separan del destino de los trabajadores ordinarios. Los titanes corporativos de hoy, los intereses no están tan bien alineados con los intereses de sus trabajadores de clase media.
Los resultados de tales límites crecientes son evidentes a nuestro alrededor aquí en los Estados Unidos.
Como una respuesta perezosa a la presión del desempleo y la crisis de la vivienda; como muro Street recibió un rescate sustancial, una recuperación que ha sido superior para la parte superior al 1% de la población que para el resto del país.
La clase media se enfrenta a el aumento de los costos de la educación y la atención médica, el debilitamiento de las oportunidades de avance, Jubilación y seguridad laboral.
Aún así el gobierno no propone ni implementa soluciones eficientes, una razón es el declive de la influencia política de la clase media.
Hoy, dos participantes en el concurso por el poder político han ganado la mayoría del terreno: los lobbies financieros y corporativos y los “súper ricos”.
Sesenta por ciento Del 0,1% más rico de los estadounidenses son ejecutivos financieros o corporativos (Los Economista). Sin embargo, es importante considerar a los grupos individualmente, los ricos están principalmente preocupados por los déficits y los impuestos alas corporaciones también les importa sobre esas cosas, pero principalmente se preocupan por las regulaciones y subsidios que son específico de la industria.
Los “súper ricos” participan en campañas de financiación, así como defensa, mientras que las corporaciones destinan la mayor parte de sus contribuciones al cabildeo y financiación de campañas también.
Es importante tener en cuenta que los “súper ricos” son más conservadores de lo normal, mucho más.
La mayoría de los votantes califican la creación de nuevos empleos mucho más alto en sus prioridades que reduciendo el déficit, los ricos demuestran a inclinación opuesta exacta, lo que tal vez explica por qué los trabajos no son obvios prioridad en Washington.
A diferencia de los votantes de medios más modestos, los ricos luchan contra los impuestos de carreras y favorecer el recorte en la seguridad económica popular, programas para cerrar la brecha presupuestaria. (Informe de sondeo de los Estados Unidos)
Por lo tanto, es razonable para concluir que si los ciudadanos más ricos tienen un mayor grado de influencia sobre el público divulgación y formulación de políticas; De ahí su atención a recortar el presupuesto y reducir el déficit tal vez ayude a explicar por qué las autoridades de élite, así como los políticos de Washington están considerando actualmente recortes presupuestarios profundos que podrían afectar negativamente los programas populares como el bienestar social, que son muy importantes para el ciudadano regular.
Fondos que serán redirigidos a aumentar el gasto en defensa – Tal vez somos testigos ya que la historia se repite con un gobierno que elige se centra en la importancia en librar guerras extranjeras en lugar de mantener las tranquilidad.
Diversos regímenes que surgieron en Europa en 1648 fueron golpeados por una serie de conmociones financieras a medida que los gobiernos libran repetidamente la guerra, tanto en el continente como en de ultramar.
Especialmente interesantes son los sistemas financieros contrastantes y monetarios, regímenes de Francia, Gran Bretaña y los Países Bajos, que se desarrollaron como los tres principales Poderes mercantiles en el período hasta 1726. (Neal 2000, 119)
Esto daña la confianza pública en el gobierno, produce pesimismo y hace que la economía funciona peor para quienes no tienen medios para invertir en política.
Es crucial para entienda cómo el cabildeo y las grandes donaciones de campaña están socavando, no solo una democracia saludable que injustamente y de manera desigual asigna influencia política, pero una economía sana también, que asigna recompensas económicas injustamente también.
Que es Peligroso aquí, es que el ciclo se volverá vicioso y se auto reforzará, lo cual es lo que hace imperativo tomar medidas para romperlo. “Dinero para obtener poder, poder para proteger dinero” es un lema que parece tristemente relevante para la política estadounidense de hoy.
El lema pertenecía a la familia Medici, una casa de poderosas élites que gobernaron Florencia durante casi tres siglos.
