Córdoba.- Después de la detención del exgobernador, Javier Duarte de Ochoa, por los hechos delictivos que realizó teniendo como resultado el desfalco del Estado, la ciudadanía pensó que al exMandatario le aplicaría todo el rigor de Ley; sin embargo, a las autoridades de justicia les tembló la mano al dar una sentencia de burla.
El Obispo de la Diócesis de Córdoba, Eduardo Patiño Leal, externó que cuando salió la noticia de que Javier Duarte aceptaba haber lavado dinero y otras cosas, él y la ciudadanía pensaron que se dio un avance en la justicia mexicana, pero al igual que el exGobernador, todo quedó en un engaño porque su castigo es de risa.
“Javier Duarte reconoció que fueron ciertas las cosas que sentenciaban en su contra, tras su declaración a la cual se amparó y su pena reducida al reconocer su culpabilidad”, explicó.
Asimismo, aludió que los veracruzanos se quedaron con una gran desilusión por el resultado y el trabajo de los organismos que deseaban refundirlo en la cárcel por los desfalcos al Estado, pero los jueces supuestamente se apegaron a las leyes y el resultado dejó asombrado a todos por la tonelada de corrupción en su proceso.
“Los cambios de leyes son una pena, no hacen válidas ciertas pruebas y eso tanto a mí, como a los demás veracruzanos nos desilusiona y entristece, tenemos esta corrupción porque en el fondo hacen omisión ante un deber que se debió realizar para sentenciar los ilícitos”, externó.
Patiño Leal aseveró que si una autoridad fue omisa y no cumplió su deber, es culpable también por realizar ese hecho, además de que se tendría que averiguar por qué no realizó su trabajo como debió.
“Lo que todos quisiéramos es que los bienes que le quitaron a la gente como el Seguro Popular, las pensiones a los ancianos, así como relaciones con la educación, salud y clínicas se puedan recuperar a favor de la gente del Estado”, apuntó el Obispo Patiño Leal.
