“Sufría violencia psicológica y física, humillaciones, jalones, no podía salir, no me podía poner vestidos, nada más me quedaba encerrada en casa”, asegura a Efe María, en el centro de la Red Nacional de Refugios de Juárez, en el norteño estado de Chihuahua.
María tomó a sus cuatro hijos, salió de casa y entró a uno de los dos refugios secretos para mujeresmaltratadas de Ciudad Juárez, frontera de México con Estados Unidos, donde ahora busca dejar atrás 17 años de violencia familiar.