CHIVOS EXPIATORIOS
Una década después se confirmó lo que muchos advirtieron desde el inicio: en el secuestro y asesinato de Karina Reyes Luna, en Orizaba, se recurrió a “chivos expiatorios” para simular la aplicación de justicia. Algo tan usado por el gobierno del innombrable a fin de aparentar que la justicia funcionaba, pero en este caso se usó de manera muy particular por la posición familiar de la víctima.
La joven Reyes Luna es hija del empresario Luis Reyes Luna, propietario de la Universidad del Golfo de México (UGM) y sobrina del arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes y del alcalde de Camerino Z. Mendoza, Melitón Reyes Larios -claro, en el tiempo del secuestro y homicidio, éste último todavía no era edil-. Es decir, la influencia política, empresarial y mediática de la familia Reyes Larios presionó al innombrable para investigar el caso, aunque al final les aplicó la clásica “fideliña”, un engaño.
Fue muy comentado en los círculos políticos que después de que se conoció el hallazgo del cadáver de Karina, el 16 de junio del 2008 en un paraje del poblado Azumbilla, del municipio poblano cerca de Tehuacán, el impresentable exgobernante se presentó en el domicilio del empresario Luis Reyes Larios y éste se negó a recibirlo. Por más que algunos politiquillos acomedidos de la región intervinieron para que el innombrable fuera aceptado, el repudio fue patente.
Más complaciente fue el arzobispo Reyes Larios -siempre muy cercano al poderoso en turno- quien medió para que el rechazo al innombrable no fuera más allá de las formas. Se supo por gente cercana a la familia que el clérigo frenó pronunciamientos públicos y desplegados de la familia cuestionando la actuación de los cuerpos policiacos y de la entonces Procuraduría General de Justicia, encabezada por el desaparecido Salvador Mikel Rivera.
Vaya, ni desde el púlpito Reyes Larios dijo nada en favor de su sobrina plagiada y asesinada para no meterse en problemas con el gobernante. Si acaso pronunció tibias dudas en las entrevistas de prensa cuando familiares de uno de los detenidos, Miguel Ángel Mateos Escamilla, iniciaron una cruzada para demostrar su inocencia pues desde el inicio ellos señalaron se trataba de fabricar un culpable.
Y efectivamente, hoy se sabe que así fue. Mateos Escamilla junto con los otros dos imputados Jorge Rojas Martínez y Julio César Gómez Sánchez fueron los “chivos expiatorios” que escogieron Mikel Rivera y el innombrable para engañar a la opinión pública y de paso a la familia Reyes Larios, de que el secuestro y asesinato de Karina Reyes había sido resuelto.
Pero el tiempo acomoda las cosas en su lugar y ayer se confirmó que un juez de distrito validó los amparos que Rojas Martínez y Gómez Sánchez habían obtenido previamente. Hace dos años, a mediados de 2016, también Mateos Escamilla salió en libertad por medio de un amparo judicial. La instancia jurisdiccional consideró que los tres no cometieron el secuestro ni el homicidio de la joven orizabeña.
¿Quién fue entonces el responsable? Es la incógnita que permanecerá. Lo único que es seguro en este entuerto es el desaseo de la Procuraduría General de Justicia, el uso de inocentes para disfrazarlos de culpables y la desidia para investigar crímenes. Una política de impunidad y colusión con los verdaderos delincuentes, como siempre se distinguió el gobierno del innombrable y que el tiempo corrobora.
Cabe agregar que el caso de Karina Reyes Luna fue uno de los primeros en esa serie de desapariciones forzadas de jóvenes en la zona fabril de Orizaba. Tras ella, vino una vorágine de muerte y dolor para las familias de la región que se prolongó durante todo el sexenio de Javier Duarte. Y siempre monseñor Reyes Larios callado, siempre al lado del gobernante simulador y tolerante, nunca al lado de las víctimas, una de ellas su propia sobrina. Que el lector saque sus conclusiones.
GENIO Y FIGURA
Genio y figura hasta la sepultura, es el refrán que describe al orizabeño, Fidel Kuri Grajales -aunque a él no le encaja eso de ser genio -cuyo comportamiento ya pasó de los exabruptos a las ilegalidades. Por escándalos no para ese señor. Lo mismo golpea borracho a un árbitro de la Federación Mexicana de Futbol que usa a jugadores de los Tiburones Rojos para promover sus candidaturas o falsea información sobre su lugar de residencia a fin de contender por cargos de elección popular en distritos ajenos.
No obstante, ahora el daño de sus excesos ya no lo involucran sólo a él, sino que puso en el ojo de la policía tributaria a todos los dueños de equipos de fútbol del País tras exhibirse la doble contabilidad y facturación que practica para evadir impuestos. El Sistema de Administración Tributaria (SAT) anunció auditorias e investigaciones fiscales para todos los clubes de fútbol, cortesía de Kuri Grajales.
Vaya forma de ser dañino. Kuri nunca fue querido por los otros propietarios de clubes deportivos, pero ahora seguramente es el blanco de los odios más virulentos porque las transas que hizo en las finanzas de los Tiburones Rojos -reveladas por el exdirector técnico, Guillermo Vázquez quien asegura haber tenido doble contrato con diferentes cifras para engañar al fisco- los alcanzaron a ellos.
Ahora, en medio del escándalo, Kuri Grajales dice que venderá el equipo de fútbol con la mano en la cintura. Vaya aprovechado al asegurar eso cuando él sólo es dueño de la carta de jugadores porque la marca del equipo y el estadio sede son propiedad de los veracruzanos. La mentira brota como cascada de su boca, pero el engaño no le alcanza para ocultar su naturaleza.
Y el pasivo que genera el actual escándalo sólo es en lo fiscal y deportivo, pero falta mesurar el impacto político, no para el Revolucionario Institucional, su partido de parapeto, sino para sus nuevos aliados: el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y el gobernador electo Cuitláhuac García Jiménez, para los cuales trabajó en la pasada elección. ¿Se atreverán a recibirlo ahí aún con la mala fama contaminadora?
Un evasor fiscal, casi delincuente tributario no abona nada al morenismo. Bueno, eso es un decir, porque en ese instituto político se ha perdonado a todo tipo de pillos. Si ser un personaje impresentable es requisito para afiliarse a Morena y tal vez conseguir un cargo en el nuevo gabinete estatal, Fidel Kuri lo cumple a cabalidad. Y la investigación fiscal posiblemente se acabará en cuanto llegue el lopezobradorismo a Los Pinos.
NI QUEMÁNDOLE EL PICO
Ya que hablamos de refranes e impresentables que están en Morena, al regidor tercero del ayuntamiento de Xalapa, Rafael Pérez Sánchez le queda al dedillo ese de que “gallina que come huevo, aunque le quemen el pico” pues fue sorprendido en una transa para gestionar recursos por 35 millones de pesos en el Fondo de Proyectos de Desarrollo Regional (Prodere) con firmas falsificadas y sin informarlo al Cabildo ni al presidente municipal.
El señor Pérez Sánchez hizo las gestiones de manera oculta junto con otros dos cómplices para allegarse de ese dinero, pero en el trámite hechizo fue detectado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). Es decir, el regidor habría falsificado rúbricas tanto de funcionarios como de supuestos beneficiarios del programa para un proyecto de vivienda en un predio de la congregación El Castillo.
Lo anterior hizo que el propio alcalde Hipólito Rodríguez Herrero expusiera los hechos en una sesión de Cabildo celebrada el miércoles pasado e incluso pidiera a los presentes despojar a Pérez Sánchez de la Comisión de Asentamientos Humanos, Fraccionamientos, Licencias y Regularización de la Tenencia de la Tierra. Empero, de forma extraña la mayoría de los ediles se abstuvo de condenarlo y votar, lo que permitió que los morenistas lo dejaran en dicha comisión.
Sin embargo, el ayuntamiento por orden del edil Rodríguez sí interpuso una denuncia en la Fiscalía Quinta Especializada en Delitos Relacionados con Hechos de Corrupción y Cometidos por Servidores Públicos cuya investigación deberá culminar con responsabilidades penales hacia Pérez Sánchez. “Imagínense que nosotros con Andrés Manuel López Obrador nos pronunciamos contra la corrupción y que en el ayuntamiento esté ocurriendo eso”, dijo el alcalde Rodríguez Herrero a la prensa.
Pero no es imaginación sino realidad. El alcalde surgido de Morena y el partido mismo están pagando las consecuencias de incorporar a expriistas e impresentables a su proyecto. Todos en la capital del estado conocen el historial Rafael Pérez Sánchez, exoperador del tricolor, cercano a la fidelidad y más cercano al duartismo. Es un pillo de siete suelas que fue aceptado en Morena y beneficiado con una regiduría -cuatro años viviendo de la nómina municipal-.
Hoy le sale el cobre y pasar a perjudicar a todos sus homólogos de proyecto partidista. Lo peor es que no lo pueden expulsar de Morena porque nunca se afilió formalmente, sino que lo recibieron en ese partido sin documento alguno, nada más de palabra y dicho. Sorprendido en el chanchullo para intentar robarse 35 millones de pesos, involucrando a todo el ayuntamiento, nada pueden hacer para corregir el escándalo.
Con Pérez Sánchez quedó demostrado que el perdón de los pecados públicos y la purificación de los políticos corruptos nada más convirtiéndose en seguidor de Morena o abrazar a López Obrador es un fiasco. Los torcidos de la política y del ejercicio público no se enderezan por decreto del caudillo ni por recitar los dogmas de fe de un partido. Y se repite para lo que vendrá con otros corruptos “purificados” en Morena: “Gallina que come huevo, aunque le quemen el pico”.