Ella se siente a veces
como cosa olvidada
en el rincón oscuro de la casa.
Alaide Fopa
En México aún existe la costumbre de profesionalizar a las mujeres en las tareas de ser amas de casa. Nadie niega hoy la enorme complejidad que entraña realizar este trabajo, pero las universidades aún no lo perciben. ¿Será porque la mayoría de sus dirigentes son hombres? De cualquier forma, urge darle un estatuto que no tiene. Es imposible negar la importancia de este trabajo. El INEGI ya contó la suma a la que asciende la producción de riqueza que genera: en 2011 fue de 3.154 billones de pesos, lo que representó 22% del PIB de la economía.
Así, pues, con algunos de los requisitos que marca el Tecnológico de Monterrey para establecer una licenciatura, apunto algunas ideas:
Evidencias del análisis del contexto del Plan de Estudios: no hay una encuesta en la que se pregunte directamente a las personas interesadas en emplear a otra persona como ama de casa. Lo que hay es evidencia de que la tradición es organizar un matrimonio como la forma usual de contratación. En 2011 se matrimoniaron 570 mil 954 parejas.
Seguimiento de egresados: la mayoría pertenece al sexo femenino y duran en el empleo un promedio de diez años. En 2011 se divorciaron 91 mil 285 parejas. Muchas vuelven a emplearse al contraer nuevo matrimonio.
Análisis del ejercicio profesional: nadie lo analiza, quizá porque los resultados están a la vista: las niñas y niños asisten a las escuelas, van a las clínicas de salud, los mercados diariamente venden sus productos, los muchos equipos para limpieza de hogares son un muy lucrativo negocio, los parques siguen recibiendo niñas y niños, las clases extracurriculares están saturadas de aprendices, las y los sicólogos de lo familiar no se dan abasto, los funcionarios y empleados acuden a sus oficinas vestidos de manera correcta, los campesinos, agricultores, maestros, etcétera, presentan un nivel aceptable de salud y nutrición (la obesidad y la desnutrición son más un efecto de la macroeconomía, que fallas en el accionar de las amas de casa). Un indicador que resulta incuestionable es la utilización del transporte, ya que ellas generan las llamadas “horas-pico” tanto de vehículos particulares como del transporte público.
Comparación de planes de estudio nacionales e internacionales: los planes de estudio, al ser artesanales (es decir, los aplican las madres en sus hogares), implican muy diversas maneras de abordar las cuestiones, pero ni duda que en Latinoamérica, y más, en México, las amas de casa reciben constantes cursos de actualización, baratos y, a veces, muy triviales, a través de los medios —aunque siguen acudiendo al chisme con las vecinas en caso de urgente necesidad— pero siempre a tono con las tendencias mundiales en moda para el hogar.
Presentar los mecanismos y requisitos de ingreso: algunos de los mecanismos de ingreso, difíciles de valorar porque hablan de la subjetividad de las aspirantes, pero se verifican con otros indicadores, tales como la edad, que debe fluctuar entre los 20 y los 25 años, de preferencia sin otros estudios de licenciatura, dispuesta a realizar tareas rutinarias, experta en coser y tejer con todo tipo de hilos y estambres (metafóricos y de los reales) y sí, indispensable, debe declararse muy enamorada.
“¿Y quién no tiene un amor?, ¿y quién no goza entre amapolas?”. Alejandra Pizarnik.
*Licenciada en pedagogía
y especialista en estudios de género
clarasch18@hotmail.com