Tres meses soportando a una runfla de camorristas que se ostentan como maestros y tal parece que se mandan solos. Se instalan en plena plaza pública, los comercios, oficinas, bancos, hoteles, restaurantes y demás vecinos afectados, pues que se frieguen, ninguna causa se equipara a la de los incomprendidos maestros disidentes cuya encomienda es abrogar la ya promulgada reforma educativa.
El efecto más doloroso de esta desmesurada algarada magisterial es que por cada maestro que incumple con su obligación laboral —de todos modos cobran su quincena— son imperdonablemente sacrificados aproximadamente 25 alumnos a quienes se les niega la oportunidad de asistir a la escuela, expuestos a adquirir nocivos hábitos y restringidos a mejores oportunidades en la vida. La vocación del magisterio se ejerce dentro de las aulas, la vocación del educador nada tiene que hacer en las calles lanzando injurias a diestra y siniestra.
Conceder bajo presión es inobjetable, muestra de debilidad gubernativa, barril sin fondo que pervierte tanto al que presiona como al que permite ser presionado.
Un maestro de Oaxaca además de su salario recibe hasta 100 días extras de pago mediante bonos, tales como el de ajuste de calendario, Día del Maestro, días económicos, productividad, compensaciones trimestrales, anuales y de fin de año. Teóricamente el calendario escolar comprende 200 días de clases, sin embargo, en la práctica éste se reduce a 136 días en promedio, mientras que por otro lado, se estima que la percepción anual de los maestros alcanza 478 días, tres veces el total de días laborados.
Por su parte la disidencia magisterial de Chiapas demanda del gobierno federal cuando menos 500 millones de pesos para “infraestructura educativa”.
Causa especial recelo las sucesivas “mesas de negociación” entre líderes de la CNTE con la Secretaría de Gobernación representada por el subsecretario Luis Enrique Miranda, ¿qué negociaciones pendientes prevalecen entre dicha dependencia y la disidencia magisterial con respecto al hecho consumado de la reforma educativa? Más aún cuando el pasado 5 de noviembre quedaron plasmados y rubricados un listado de compromisos que de llevarse a cabo contravienen puntos establecidos en la aludida reforma. A saber: ningún maestro podrá ser despedido como consecuencia de un mal resultado de las evaluaciones practicadas. Los maestros conservarán los derechos adquiridos a lo largo de su carrera magisterial. Los maestros participarán en el diseño de sus propias evaluaciones. Las autoridades magisteriales también serán evaluadas. Las autoridades educativas no habrán de designar nuevos maestros de modo discrecional, solo serán admitidos quienes tengan vocación de servicio y preparación académica. ¿Y que sinodales decidirán al respecto, la propia dirigencia sindical?
La coacción disidente ha obtenido mientras tanto frutos concretos: seis mil siete plazas directas, 100 millones de pesos para el fortalecimiento de la infraestructura de escuelas normales, dos ambulancias para uso exclusivo de la CNTE, bono por inicio de clases, albergue en la capital de Oaxaca para maestros o familiares atendidos en el hospital del ISSSTE.
La autoridad es electa para ejercerse, lo contrario, la no autoridad, es indicio de incompetencia y debilidad. La autoridad debe ser respetada e incluso temida. Haber cedido dócilmente la plaza a un sedicioso grupo acostumbrado a presionar económicamente al gobierno, motiva el empoderamiento del mismo, con el agravante que el ejemplo cunda en otras agrupaciones también contrarias al régimen. La cabreada ciudadanía al reparar en la no autoridad, ha comenzado a actuar por su cuenta enfrentando a estos cotidianos paseantes citadinos, ¿qué sigue, hacerse justicia por propia mano?
Ahora que en palabras del secretario de Gobernación nos encontramos en las últimas horas de diálogo, en la tolerancia asumida con los maestros disidentes, preguntémonos ¿qué hacer para que una situación similar no se repita?
*Analista
jrubi80@hotmail.com