Por: Clara Scherer* / columnista
El laicismo ha sido uno de los fundamentos, una de las bases más importantes para que las mujeres tengamos derechos humanos. Sin él, seguiríamos atrapadas en los mitos ancestrales en los que sólo éramos utilizadas para servir al otro. Y esa batalla por nuestros derechos ha sido crucial. Recordemos la reunión de Beijing, 1995, donde El Vaticano, algunos países islámicos y algunas OSC cristianas trabajaron fuertemente para impedir la inclusión de los derechos de las mujeres como derechos humanos en el documento final.
El Estado Vaticano, una entidad del tamaño de un campo de golf, con una población de 803 personas. Wikipedia informa que “la nacionalidad vaticana no se obtiene por nacimiento, sino por concesión. Son ciudadanos de nacionalidad vaticana los diplomáticos empleados en las nunciaturas (embajadas de la Santa Sede) de todo el mundo y aquellas personas que ejercen funciones para el Estado de la Ciudad del Vaticano. La nacionalidad vaticana se añade a la nacionalidad de origen y se pierde cuando las personas dejan de ejercer estas funciones. Son unas 300 personas aproximadamente”.
Y es ese pequeño grupo quien promueve el control de las mujeres, pues carecen de capacidades para tomar decisiones. El libre albedrío, que la Biblia defiende y a partir del cual somos responsables de nuestros actos, es también donde reside la igualdad de derechos de la ciudadanía. Según cuenta Manuel Castellanos, “en la Unión Europea, el poder de la Iglesia y del papa Juan Pablo II, personalmente consiguieron que en los documentos oficiales no apareciera la palabra ‘Laicismo’. Y por el momento en el Parlamento Europeo el laicismo es tabú, como si no existiese en la ciudadanía europea. 2014”.
Escandaloso que las religiones anulen la humanidad de casi la mitad de la población mundial. En 2017, ascendió a 7 mil 350 millones de habitantes. Las mujeres somos 3.645,600,000. En 1990, Amartya Sen denunció en un ensayo: “Faltan 100 millones de mujeres. Tendrían que haber estado, pero no están, quizá por muerte prematura, por negligencia, porque fueron abandonadas, escondidas o, sencillamente, porque nunca llegaron a nacer”. Escandaloso también, la oposición del Senado argentino a la interrupción legal del embarazo y las centenares de denuncias contra sacerdotes en Chile.
Sabemos de las prácticas de algunos pueblos en contra del nacimiento de niñas y en todas partes enfrentamos al feminicidio. Más altas son las cifras de hombres asesinados, pero, como muchos lo han afirmado, es responsabilidad de la socialización en materia de género. La incapacidad y el fracaso de las escuelas para educar a favor de la paz es, a todas luces, un llamado para propiciar espacios de diálogo y de respeto. No al machismo, que mata mujeres, hombres y es culpable de parte de los suicidios. Cultura de muerte, con la que debemos lidiar cotidianamente.
Gabriela Rodríguez, próxima titular de la Secretaría de las Mujeres en la CDMX, afirma: “Las escuelas son espacios clave para aprender a vivir sin violencia, manteniendo una política laica. Si se quiere contribuir a construir un ambiente pacífico en México, la educación laica, enfocada en Derechos Humanos y contra las diversas formas de violencia y discriminación, tendría que ser un compromiso sustantivo de la Secretaría de Educación Pública. Habría que comenzar por cambiar los patrones jerárquicos que predominan en la estructura de la SEP, en las escuelas, en las aulas y en los Sindicatos”. Esto recuerda palabras de Olac Fuentes: “Hay que cuidar que el civismo no se convierta en cinismo”, y también: “El Estado debe y puede mantener el sistema laico y gratuito. El desafío será la calidad, la formación del maestro y no permitir el deterioro sordo de la infraestructura castigando los presupuestos”.
De cualquier forma, es muy alentador que Gabriela esté al frente de la nueva Secretaría de las Mujeres, encargada de promover su autonomía. Además de desearle éxito, que recuerde a Octavio Paz: “Sin libertad la democracia es despotismo, sin democracia la libertad es una quimera”.
*Lic. en Pedagogía y especialista en Estudios de género clarasch18@hotmail.com