Córdoba.- Para la Iglesia jamás será aceptada la eutanasia debido a que provoca la muerte directa o final de un paciente, tampoco la prolongación innecesaria del sufrimiento de una persona con un mal terminal, pues ésta agrava la calidad de vida del enfermo; sin embargo, apoya la práctica conocida como ortotanasia, que permite al paciente recibir cuidados y tratamientos para disminuir el sufrimiento, pero sin alterar la enfermedad o el fallecimiento, en este último le da tiempo a los pacientes de despedirse de sus familiares, dejar todo en orden y la familia entra en un proceso de aceptación sobre el fallecimiento de la persona, apoyados en Cristo para que tenga el “bien morir”.
El Obispo de la Diócesis de Córdoba, Eduardo Patiño Leal, declaró que la Iglesia insiste siempre en el respeto a la vida, tanto ajena como la propia, por ello se debe tener mucha claridad porque bajo algunas palabras a veces se incluyen cosas que no son.
“La Iglesia siempre invita a los familiares, a los médicos, enfermeros, a cuidar a los que están en situación grave de salud, o que son pacientes terminales a brindarles los cuidados paliativos necesarios, entre ellos también influye que los enfermos se sientan amados, protegidos por quienes los cuidan, que a estos no les falte el alimento, que puedan respirar en la medida de lo posible”, indicó.
Patiño Leal externó que los cuidados paliativos son aquellos donde los cuidadores les ayudan a soportar el dolor a los enfermos, en situaciones difíciles que los especialistas ayudan a los pacientes con medicamentos para disminuir el dolor, sobre todo aquellos en etapa terminal.
“Otra cosa que enseña la Iglesia es que estamos en contra del ensañamiento terapéutico, esta palabra significa que en algunos equipos médicos u hospitales, se ensañen con los pacientes al alargarle de manera artificial su vida y complicar su final, esta acción no es aceptada por la Iglesia”, expuso.
Patiño Leal no está de acuerdo en que a la gente se le alargue la vida de una manera vegetativa, porque también la familia sufre al verlos en su fase terminal y luego no pueden costearlos.
“Hay que saber aceptar el curso natural de la vida, cuando ya alguien va a terminar su ciclo, a estas personas se les tiene que ayudar de manera que se sientan acogidos, animados y que se encuentren rodeados de gente cercana y familiares lo mejor posible para un dolor menor, por lo que no se le deben dar demasiados apoyos artificiales que ya son extraordinarios, los cuales no lo sacarán de su problema de salud, ni que se les inyecte para que el paciente se muera, esto es atentar contra la vida y en esto nunca estaremos de acuerdo”, finalizó.