México, D.F.- México por fin comprendió y asumió lo que es llevar a un rival al Azteca y ahogarlo en ese gigante lugar que dejó de espantar a muchos en este 2013.
El Tri apareció en el momento más adecuado, cuando el margen de error ya no existía y cuando un boleto al Mundial sigue en juego, pero ya con tintes verde, blanco y rojo. Nueva Zelanda experimentó lo que en su momento han vivido otras selecciones en el Azteca y el Repechaje Intercontinental quedó en buena parte definido, gracias un 5-1 contundente.
No hubo exceso de confianza, tampoco nerviosismo ni mucho menos un equipo que avanzara al campo contrario sin saber lo que debía hacer sobre el césped como ocurriera casi en todo este año. Este Tri asumió su superioridad desde el inicio y la demostró en cada momento.
El momento cumbre de la gélida tarde mexicana llegó gracias a Paul Aguilar, quien dio con las redes al minuto 31 y el Azteca explotó con ese grito de gol tan festejado como el de Raúl Jiménez contra Panamá. A partir de ahí, al cuadro mexicano todo se le hizo más fácil.
La muestra fue que apenas nueve minutos después, tras un tiro de esquina, Raúl Jiménez remató de cabeza y encontró el segundo para la causa.
México no quiso esperar más, apenas volvió para el segundo tiempo y buscó el tercer tanto que tanto quería Herrera desde su banquillo. Oribe Peralta fue el responsable y el Azteca continuó con su fiesta, mientras poco a poco se escuchaban más los gritos de ¡Nos vamos al Mundial! El partido ya estaba sentenciado a final de cuentas.
El bombardeo el marco de Moss no terminó ahí. Peralta de nueva cuenta y Márquez levantaron la mano para aparecer en el marcador y Nueva Zelanda ya estaba hundido en la cancha, al borde del nocaut, que finalmente evitaron con un gol de Chris James, a siete minutos del final de la batalla. El Tri consiguió lo que nunca en este año y su pase al Mundial, ahora sí, ya se asoma, con 90 minutos más por jugarse en Wellington.
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