Ese aroma a chiles, ajonjolí y almendras tostadas, inunda de aromas un pequeño local en Brooklyn, Estados Unidos, donde se producen unos 725 kilos de mole al día, este es un producto emblemático de la cultura mexicana y es creada en este establecimiento por un grupo de madres e hijas de México, portando redecillas blancas que cubren su cabello, trabajan todos los días frente a cazuelas enormes, música ranchera y una determinación para no parar hasta tener el producto listo.
Son las diez de la mañana de un martes cualquiera y Damiana Bravo, la matriarca del clan, pega etiquetas con letras rojas que dicen “Mole Poblano Asunción Corp” en pequeños contenedores de plástico.