Córdoba.- Con blusas de colores bordados cargadas en una mano, mientras que en la otra se encuentra sosteniendo a su hijo de cinco años y en la espalda cargando a su bebé de 8 meses; es como Ana se encuentra caminando el primer cuadro de la ciudad para vender una de sus blusas, pulseras y de esa manera poder llevarle a la boca de sus hijos algún alimento.
De recorrido en recorrido en el Parque 21 de Mayo, Ana, de 16 años, de origen serrano y con dos hijos menores, se encontraba en el primer cuadro de la ciudad ofreciendo sus blusas en 150 pesos, con poco éxito ya que no toda la gente le compraba su producto.
Después de mucha vuelta, cansada y sedienta, Ana se sentó en una de las jardineras del parque para poder descansar y al mismo tiempo ofrecer sus productos tejidos con hilo, a la gente que caminaba por el lugar.
Con la incertidumbre de que fuera molestada y que no la dejaran vender, ella se mantenía al margen de toda plática, mientras su hijito de cinco años, también hacía lo posible por vender las pulseras tejidos con hilo de bordado.
Algunas personas le hacían el gasto con las pulseras que ofrecía con un valor de 15 pesos, con ellas sí tuvo un poco de suerte para venderlas, mientras que por las blusas, costaba trabajo para convencer a los clientes para que estos las adquirieran.
El caminar de Ana fue largo a pesar de encontrarse en el mismo punto de venta, pues desde las 09:00 hasta las 15:00 horas, no corría con la suerte de poder comprarse un taco para ella ni para sus hijos, por lo que sólo restaba sacar fuerzas de flaqueza para continuar con su venta.
El semblante de la joven madre era de preocupación, cansancio y de alguna manera, de temor por no poder vender y obtener unos pesos para darles de comer a sus hijos.