Lo ya sabido
Privatizar, el objetivo
La cosecha panista
“Fascismo” contra
legisladores
The Wall Street Journal y la agencia Bloomberg dijeron en inglés lo que muchos mexicanos sabían en español pero temían confirmar: el proyecto verdadero de la administración peñista y de sus aliados en el PAN es la privatización más amplia y garantizada de la riqueza nacional energética, con poderosas trasnacionales a la espera ávida de las reformas legislativas que les fueron prometidas.
La develación periodística extranjera de las andanzas mancomunadas del PRI y el partido de blanco y azul generó reacciones inmediatas en los ámbitos que con diversos matices se oponen a las trapacerías anunciadas. Los senadores del PRD se levantaron de la mesa de discusiones que sostienen con la mira puesta en una reforma electoral, que sería una de las monedas de cambio con las que Los Pinos pretende pagar diversos favores recibidos (la miscelánea fiscal, en el caso del sol azteca) o por recibir (en caso de que se cumpla la muy cantada alianza aritmética del partido de blanco y azul en la reforma energética).
Aún cuando el material ofrecido por WSJ y Bloomberg carece de fuentes identificadas, la contundencia de los datos ofrecidos y la coincidencia con las maniobras pripanistas en curso otorgaron a esos planteamientos una credibilidad proporcionalmente inversa a la que tienen los funcionarios priistas, que aseguran que la soberanía nacional está protegida y que no hay riesgo real de privatización o de cesiones históricas irreversibles a empresas foráneas.
Las notas periodísticas de referencia potenciarán la protesta social contra esa reforma energética (con Morena y AMLO como ejes convocantes), pues conforme se acerca el momento de las resoluciones legislativas va quedando más en claro el riesgo que corre el legítimo interés nacional. En el ámbito partidista, el PRI sigue a la espera de los arreglos finales con Acción Nacional, que en este caso busca dar seguridad a los inversionistas extranjeros de que podrán beneficiarse larga y cuantiosamente de las nuevas normas mexicanas en materia de negocios en petróleo, gas y electricidad.
Resulta interesante observar la prefiguración de reparto político que se deriva de los posicionamientos de cada partido en cuanto a las diversas reformas propuestas por el peñismo. El partido conservador queda a la espera de triunfos electorales en el norte del país a causa de la homologación del IVA en la franja fronteriza, con los empresarios nacionales agradecidos con el PAN porque se opuso a modificaciones fiscales que les son lesivas y, al mismo tiempo, con gestiones a favor de trasnacionales petroleras. Una cosecha bastante atractiva para Acción Nacional, tanto en regiones donde avanzan ciertas ideas de separatismo con la esperanza puesta en Estados Unidos, como en su relación con empresarios nativos y forasteros deseosos de fortalecer la opción política de derecha. El PRD, por su parte, se queda con siembras importantes en el Distrito Federal (con el fondo de capitalidad y otras cesiones a Miguel Ángel Mancera) y en Guerrero (con promesas de obras e inversiones que el senador Armando Ríos Píter adjudicará a su cuenta de precandidato al gobierno estatal), además de la pancarta de redituabilidad electoral que consiguió en sus negociaciones de última hora con Luis Videgaray (modificaciones que en algunos rubros benefician a sectores de bajos y medianos ingresos, y otras que han provocado gran enojo en la élite empresarial).
Parte de ese enojo se ha expresado en ciudades norteñas en forma de anuncios espectaculares con las fotografías de algunos de los legisladores que votaron a favor de la miscelánea fiscal y, en especial, de la homologación del IVA en las fronteras. En otros lugares se han hecho circular cartas y volantes de denostación a esos diputados y senadores. La casa de representación de una diputada juarense fue agredida y el asunto fue denunciado por la afectada ante el propio Enrique Peña Nieto. Todo ello ha sido denunciado como “fascismo” por destacados personajes del PRI, con Manlio Fabio Beltrones a la cabeza.
Astillas
Día de enmiendas judiciales, pues la Suprema Corte de Justicia de la Nación ordenó la liberación de uno de los acusados de participar en la masacre de Salvárcar, en Ciudad Juárez (Israel Arzate, el beneficiado con esta decisión, asegura haber sido torturado por soldados y policías, como suele suceder en México) y, el mismo día, fue revocada la resolución que concedió amparo a Rafael Caro Quintero y lo puso súbitamente en la calle luego de 28 años de encarcelamiento. El perjudicado con esta decisión no podrá ser notificado personalmente de ella, pues de manera absolutamente explicable se desconoce su paradero. Los ministros de la Corte ordenaron que haya una nueva sentencia en la que se tome en cuenta que el estadunidense Enrique Camarena sí era un agente internacional protegido y que el piloto Alfredo Zavala era un funcionario federal mexicano, pues el tribunal que puso en libertad a Caro había considerado que el asunto era de jurisdicción local y no federal.
Fabiola Alanís Sámano, quien fue dirigente estatal del PRD en Michoacán, renunció al sol azteca para ser “una militante más” en Morena. En una carta que ha enviado a sus ex compañeros señala que cree “en la izquierda que construye, creo en la izquierda que defiende como premisa la ética y los valores de la honestidad, la congruencia, la solidaridad y la generosidad con el pueblo. No creo en la izquierda que pacta de manera pragmática a costa del sacrificio de la razón y la acción militante. No creo en la izquierda que está atenta al interés del poder y de reformas a modo de los que han hundido a la nación”.
Y, mientras sigue el forcejeo entre el gobierno del Distrito Federal y la CNTE de liderazgos escurridizos (esta vez, con el mancerismo empeñado en “limpiar” las inmediaciones del Monumento a la Revolución para los festejos revolucionarios en preparación), ¡hasta mañana!
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