Por primera vez está ocurriendo un fenómeno en México que en democracias consolidadas es el pan de cada día. Se le está haciendo rendir cuentas a los legisladores por el sentido de sus votos en el Senado y/o la Cámara de Diputados.
Esto a propósito del voto que los legisladores emitieron en torno a la reforma hacendaria. En concreto, respecto a la homologación del IVA en la frontera de 11 a 16 por ciento.
El Partido Acción Nacional, que no estuvo de acuerdo con la reforma al grado de abandonar la sala de sesiones al momento de la discusión y votación, arrancó una campaña en la que expone con fotografías y nombre, en espectaculares puestos en las calles, a quienes apoyaron la reforma.
A esta campaña se han sumado algunos empresarios, en concreto los miembros de la Coparmex.
Pero esta exposición de los legisladores por sus votos parece no haberle gustado a más de uno. Evidentemente no a quienes son o debieran ser representantes de la población fronteriza.
El enojo ha llegado al grado de que el presidente de la Junta de Coordinación Política en San Lázaro, el perredista Silvano Aureoles exigió al PAN y a la Coparmex frenar la campaña de odio y linchamiento contra quienes avalaron la reforma hacendaria.
¡Cómo se ve que nunca han tenido que rendir la más mínima cuenta a los ciudadanos por sus votos!
En países como EU los legisladores están sujetos a un constante escrutinio por sus votaciones. Si apoyan o no una guerra, como la de Irak; si apoyan o no la reforma migratoria; si apoyan o no reglas más estrictas para la portación de armas… en fin que la lista es larga y las acciones para exponer el sentido del voto también.
En las campañas políticas el sentido del voto en el Legislativo es una de las herramientas más utilizadas para denostar a los contrincantes. A partir de las votaciones legislativas se hacen comerciales que se transmiten a toda hora en radio y televisión, en donde quien los financia no se toca el corazón para ver si tal o cual enunciado va a herir las susceptibilidades del oponente.
Notable fue el caso de Barack Obama en contra de Hillary Clinton por su voto a favor de la guerra de Irak como senadora, cuando George W. Bush era Presidente.
Pero para mayores ejemplos de campañas de ataque a los políticos por lo que dicen o por sus votos, aquí hay diez: http://www.clotureclub.com/2012/09/top-10-best-political-attack-ads/
El ataque a los legisladores es apenas el primer paso para hacerlos rendir cuentas por sus acciones. Algo a lo que en México no han estado acostumbrados y, por ello, hoy, senadoras como Lilia Merodio de Chihuahua, estado fronterizo y cuya población evidentemente se verá afectada por la homologación del IVA, se siente ofendida de que se le señale por su voto.
La campaña del PAN y de la Coparmex no incita al odio. Lo que hace es exponer a los legisladores. Doblemente: primero, por el sentido de su voto, y segundo, por lo sensibles que son algunos al señalárseles por sus acciones.
Lo mejor sería que esto apenas fuese el principio de una cultura de rendición de cuentas. Para que en un futuro tengamos legisladores que representen y voten de acuerdo con los intereses de sus votantes y no bajo líneas o intereses partidistas.
Twitter: @AnaPOrdorica