Croacia está a un paso de entrar en la historia del fútbol. Pese a ser un país con poco menos de 27 años de vida, el combinado balcánico está a noventa minutos de convertirse en campeón del Mundial por primera vez en su historia aunque, para ello, deberá derrotar a la todopoderosa Francia. Y es que, pese a contar con poco más de cuatro millones de habitantes, no le han faltado apoyos en las gradas de Rusia: el primero y más especial, el de Kolinda Grabar-Kitarović.
Durante los partidos de la fase de grupos, las cámaras encargadas de la retransmisión enfocaban de manera habitual a las gradas con aficionados croatas, expecialmente a una mujer que siempre vestía con la camiseta de Croacia y que no dejaba de animar durante el partido. Pero fue en los octavos de final contra Dinamarca cuando se destapó quién era realmente: esa mujer que se encontraba entre un nutrido grupo de compatriotas era, ni más ni menos, que la presidenta de Croacia.