Se ha generado la polémica este lunes 9 de julio en Bolivia, luego de que una aeronave procedente de México fuera abandonada en un aeropuerto de dicho país, se trata de un avión Super Mid-Size Gulfstream GIII con matrícula N557 JK, valuado en unos diez millones de dólares y confiscado hace unos días por la Aduana Nacional.
El “último aeropuerto” del que despegó la aeronave fue Cozumel.
El director de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), Celier Aparicio, durante una rueda de prensa afirmó que el ultimo aeropuerto del que despego dicha aeronave fue en Cozumel y que existía una solicitud de vuelo de retorno hacia Tapachula, México.
La aeronave fue transferida al Gobierno boliviano, como dispone la legislación local.
El avión se encontraba desde el año pasado en el aeropuerto de El Trompillo, en la ciudad de Santa Cruz, Bolivia, al ser consultado sobre aspectos como el nombre del propietario del jet, Aparicio indicó que la labor de la DGAC no es entrar “en detalle” sobre quién es el dueño.
El jet fue fabricado en 1982 y pertenecía, según los medios locales, al Bank of Utah Trustee de Salt Lake City, en Estados Unidos, usada principalmente para viajes de negocios.
“se va a comunicar” próximamente sobre el resultado de una pericia para verificar si la aeronave fue utilizada para algún tipo de actividad ilícita.