Como alguien, cuyo nombre omito sólo por olvido, mencionara en alguna ocasión, no sé en qué momento perdimos los mexicanos la conciencia de conceptos como: sociedad, ciudadanía y gobierno, administrado y administrador, mandato, mandante y mandatario, pero pienso que fue hace muchos años ya, y con el paso del tiempo nos apartamos cada vez más del punto de partida, llegando hoy a situaciones aberrantes e inadmisibles.
Hoy el gobierno nos avasalla, ahoga, amenaza, veja, roba, solapa, disfraza, corrompe, engaña, y nosotros tan ciegos, tan tolerantes, tan irresponsables.
¿Qué esperamos mexicanos, hasta donde nos arrastrará nuestra indolencia y falta de dignidad? Me valgo de una analogía para intentar resumir mi percepción.
Imagina que eres dueño de un gran patrimonio, y que debido a su volumen, necesitas valerte de un administrador, a quien tú pagas y de quien esperas recibir beneficios: aprovechamiento racional de los recursos naturales y humanos que multipliquen tu capital y den trabajo remunerado y digno a todos los colaboradores de tu finca en un marco de equidad, orden, paz, libertad de paso por todos los caminos, seguridad de que cada una de las personas contratadas por ese administrador sean sólo las necesarias para desahogar las tareas y cumplan a cabalidad con su función, despidiendo de inmediato a quien no cumpla o reubicando al que carezca de la capacidad que el puesto requiera.
¿Qué harías si la finca no produce lo necesario para que coman tú y tus trabajadores, y en consecuencia, te ves obligado a comprar los alimentos de fincas vecinas, algunas más pequeñas que la tuya o menos fértiles, operadas con mucho menos personal y mayor eficiencia?
Si el administrador te impone la contratación excesiva de personas de su misma casta, con sueldos y prestaciones muy superiores a los que tu percibes, entendamos diputados, senadores, secretarios, IFE, magistrados que trabajan periodos irrisorios, y que durante la jornada, cuando no faltan, juegan con el iPad, el celular, se acicalan, platican, y cuando el aburrimiento les rebasa, se duermen ¿Te parece normal dejarlo pasar mientras tú te esfuerzas diariamente en tu trabajo, en jornadas que no tienen límite y en las que muchas veces tienes que luchar contra la corrupción, el despotismo, la inoperancia de aquellos a quienes tú pagas? Personal del IMSS, ISSSTE, CFE, Pemex, Puertos, SHCP, por referir algunos, o la extorsión de ministerios públicos, jueces y policías.
¿Si ese administrador y su equipo, con una miopía que espanta, te dice que ahora necesita muchos más recursos de los ya muchos que hoy le das, te requiere del agua con que tú riegas los únicos cultivos que producen en la finca, en vez de extraerla de otros manantiales en donde se derrama, contrario a lo que ocurre en fincas vecinas que en un entorno similar crecen y mejoran mientras la tuya cada vez va a menos?
¿Estamos dispuestos los contribuyentes cautivos (entiendo según datos oficiales solo un 40% de los ciudadanos de este país) una vez más a renunciar al producto legítimo de nuestro trabajo para ponerlo en manos de unas autoridades insaciables, corruptas, ineficientes, que solo ven por sus privilegios, y en un afán de mantenerse, pagan a grupos de pandilleros, los del SME o la CNTE (me resisto a llamarles maestros por no atentar contra la dignidad de la palabra) por sabotear a millones de escolares, por tomar el aeropuerto más importante del país, semiparalizar la ciudad capital, bloquear las vías de comunicación de la nación, tomar las plazas públicas, aduanas marítimas, estrangulando la productividad del país, dañando irreparablemente a aquellos que trabajamos y con ello mantenemos a toda esa estirpe de malos mexicanos?
Yo creo que ya basta, tú ¿qué opinas?”
Hasta aquí el texto enviado por un socio de esa cámara. Una valiosa aportación en un momento en que hay una crisis de seguridad, económica y de valores en nuestro país. Es tiempo que los mexicanos salvemos a México de la corrupción e impunidad, no sólo del gobierno, sino también de la sociedad en general.