MISTER BURNS
Será Alcalde por algunos meses pero será recordado por mucho tiempo por su intolerancia y cerrazón. Llama la atención las posturas intransigentes del empresario Guillermo Rivas que pretende manejar el Ayuntamiento como si fuera de su propiedad. Ahora tiene el problema encima de los vendedores que pretenden aprovechar los festejos de Todos Santos para ofrecer sus productos en las inmediaciones del mercado Revolución y en algunos otros puntos de la ciudad, a los cuales les ha dicho tajantemente: “nada para nadie”.
Vaya, ni el Rey Salomón, considerado como uno de los hombres más sabios que ha dado este mundo, pudo llegar a ese dicho tan sesudo. Y ese “nada para nadie” es muy preocupante porque viene de una autoridad que de un manotazo cancela todo proyecto de vendimia afectando a decenas de familias. ¿Qué alternativa les da a quienes tenían la esperanza de allegarse unos cuantos pesos con la venta de productos típicos? Al parecer el empresario metido a político no mide las consecuencias sociales de su intransigencia.
No hay que perder de vista que en una ciudad tan agobiada por la inseguridad y la injerencia del crimen organizado, es mucho mejor que las personas se dediquen a vender artesanías, dulces y comida por el Día de Muertos aunque ocupen las calles que opten por comercializar estupefacientes o servirle a las organizaciones criminales. ¿A dónde los orilla ese “nada para nadie”? Obviamente a buscar otras alternativas de ingreso económico donde no les cierren las puertas. ¿Eso es lo que quiere Rivas, a que toquen las puertas de los delincuentes?
Rivas, como ya se dijo líneas antes, piensa que está manejando una de sus empresas donde puede hacer lo que le plaza -por eso socarronamente algunos desocupados ya lo bautizaron como Mister Burns, en referencia al personaje Montgomery Burns de la serie animada Los Simpson, que es el propietario de la planta de energía nuclear en Springfield y que siendo un hombre rico, suele usar su poder y su dinero para hacer lo que le plazca sin medir las consecuencias, poco le importa pisotear a los demás para cumplir sus caprichos- No pudo haber mejor comparación porque así se comporta Rivas pese a que el Ayuntamiento no es una empresa sino una institución que legalmente tiene vocación social y debe velar por los intereses y el bienestar de todos.
Al señor le falta mucho tamaño para ser un gobernante real y, entre ellas la capacidad de diálogo y de llegar a consensos. El caso de los comerciantes en los alrededores del mercado Revolución no es el primero que muestra su intolerancia, solo hay que recordar la orden para que los niños no ingresen al teatro Pedro Díaz, recientemente remodelado o el impedir que indigentes puedan estar en el parque San José -¡un lugar público!- bajo pena de ser retirados por la Policía. Vaya, a Rivas Díaz sólo le faltaba imitar el tradicional grito de Mister Burns cuando no le parece lo que hacen aquellos que considera inferiores: ¡Suelten a los perros!, pero lo acaba de hacer.
El edil ha dado la orden de que serán detenidos por la Policía todos los vendedores ambulantes que se coloquen en la vía pública en estos días y desacaten su “nada para nadie”. Así, inauditamente se verá los Policías que integran el famoso Mando Único dedicados a cuidar las calles para impedir que se instalen los comerciantes en lugar de estar combatiendo a la delincuencia. El Alcalde prefiere que los agentes estén listos para apalear a los comerciantes que desacaten su “nada para nadie” en lugar de que persigan a los verdaderos criminales y garanticen la seguridad de todos los ciudadanos. Rivas no será el Rey Salomón pero si se comporta como un pequeño sátrapa en su reino aldeano
Por cierto, desde Palacio municipal se ha resucitado a un fantasma, el ex alcalde Juan Lavín, afirmando que está detrás de los vendedores ambulantes enfrentados y que pretenden “desestabilizar” a la administración actual. ¿Si en verdad los comerciantes están manipulados por qué no darle la vuelta al asunto y buscar una solución negociada que le cierre las puertas al presunto manipulador?, ¿por qué no llegar con propuestas y buenos negociadores en lugar de lanzarles amenazas y dejarlos en manos de burócratas chafas que no componen ni donde se acuestan? El manotazo sobre la mesa no le sirve a los cordobeses y sólo es útil para alimentar el ego del fugaz edil.
EL “CAÑERO” SERRALDE
Vaya papelón que está haciendo el diputado federal, Víctor Serralde –o cómo se llame en realidad – con esto de la discusión de la miscelánea fiscal. Este señor está viviendo sus quince minutos de fama y no repara en repetir falacias en un intento de ganar reflectores. Un ejemplo se dio hace unos días cuando desde la tribuna legislativa encaró iracundo al diputado perredista Fernando Zárate por defender el impuesto sobre los refrescos. Con la boca muy floja, Serralde señaló al perredista de intentar afectar a miles de cañeros con dicho gravamen y acusó de desconocer las cuestiones del campo porque “no siembra ni un pepino en su jardín”.
Ahora si, el burro hablando de orejas pues hasta donde se sabe, Serralde no es un agricultor ya que toda su vida ha vivido de lo ajeno, mejor dicho, del erario. Se hizo rico con empresas constructoras adquiridas en el último sexenio para ejercer contratos amañados del programa federal “Piso Firme”. ¿Cuándo ha sembrado un pepino en su jardín? Alguien que lo diga. El señor sabe de campo lo mismo que seguramente sabrá de física cuántica para obtener neutronio y de la teoría de la relatividad aplicada al modelo atómico de Sommerfeld. O sea, nada –para los que no hayan entendido la ironía-.
Por donde quiera que se le vea, el huatusqueño – aunque en realidad es de Córdoba- miente en su discurso. Para empezar hace tiempo que los industriales refresqueros dejaron de utilizar azúcar de caña para endulzar las bebidas y ahora usan en su mayoría el jarabe de maíz, conocido como alta fructuosa, importado principalmente de Estados Unidos, así que el impuesto a ese tipo de bebidas poco impactará a los productores de la gramínea. Por otro lado, es una medida para inhibir la obesidad en la población, especialmente la infantil, pero Serralde prefiere sacrificar las cuestiones de salud que afectar a los poderos empresarios.
Es verdad que el sector cañero está en crisis pero no por los impuestos sino por la corrupción de los dueños de ingenios azucareros que los han desmantelado y pagan precios de hambre a los agricultores, también por el abandono del campo desde los sexenios priistas pero sobre todo en los dos gobiernos del PAN, y finalmente por el desvío de recursos que han hecho las secretarías de Agricultura, tanto federal como estatal roban el dinero destinado a los campesinos. ¿Por qué Serralde no toma estas banderas y las agita en lugar de lanzar mentiras? Porque no es tonto, no pateará el pesebre donde ha crecido.
Aunque si hay que hacer una aclaración muy pertinente para evitar confusiones. No se puede negar que el diputado Víctor Serralde sea cañero, claro que lo es, aunque no de los que cultivan caña de azúcar sino porque es experto en andar en los caños de la política y las alcantarillas de los negocios sucios al amparo de la nómina pública. De ahí que el término “cañero” es perfectamente válido en su caso aunque en el sentido equivocado.
SAN JUDAS
“San Judas Tadeo, ¿dónde estás que no te veo?…San Judas Bendito, ¡hazme el milagrito!… San Judas Precioso, ¡sácame de este pozo!”, fueron algunas proclamas que el pasado lunes se repitieron durante los festejos a San Judas Tadeo, uno de los once apóstoles del profeta Jesús a su paso por la vida terrenal – son once porque el doceavo, su tocayo, Judas Iscariote, se desvió y terminó traicionando al maestro-. Judas Tadeo y su hermano Santiago El Menor fueron primos –postizos- de Jesús pues su padre era hermano de José El Carpintero, padre adoptivo de Jesús.
No sólo en Veracruz y México está arraigada la tradición de rendir culto especial en este día a San Judas Tadeo sino también en Europa, especialmente en España, Francia y Alemania donde se realizan ceremonias eucarísticas en su honor. San Judas es el abogado de las causas difíciles y se la atribuyen numerosos milagros. Como todos saben, el folclor es pariente de la fe y así, hay romerías por todos lados para celebrar a este agricultor de Caná que llegó a los altares por seguir la enseñanza de Cristo.
Lo curioso del caso es que entre los devotos de San Judas pululaban históricamente muchos personajes de estropeada reputación: políticos, ladrones, gobernantes, prostitutas, timadores y demás por ser especialmente considerado hacedor de milagros casi imposibles, no importa el estatus moral de quienes los piden, y a varios de esos devotos les funcionó. Ahí están los delincuentes y políticos que no paran en la cárcel aunque ese milagro más bien es producto de la corrupción galopante en México que del santo.
Sin embargo, los tiempos cambian y después vino San Malverde, un santo no reconocido por la Iglesia Católica, cuyo culto nació en el norte del estado y ahora es el patrón de todos los dedicados al tráfico de estupefacientes. Más tarde, cobró auge el culto a la Santa Muerte que muchos juran que vino a desplazar al falso Malverde y a San Judas Tadeo, por cumplir milagros más rápido y llenar de tesoros a sus seguidores. Esto comprueba que también en el culto se rigen por la ley de la oferta y la demanda, y la Santa Muerte tiene mejor publicidad para ganar adeptos que los otros que están cayendo en bancarrota.
Pero más allá de eso, en Veracruz la fiesta a San Judas Tadeo es importante y hay dos comunidades que llevan su nombre, una en Jáltipan y otra en Aguadulce, donde sus habitantes, sobre todo los más viejos, cuentan nostálgicos cada vez que hay fiesta por el santo, que éste protegió durante años a sus comunidades pero ahora con el azote de la delincuencia y la inseguridad, pues ya no saben a quién resalte porque simplemente la seguridad no llega. Y todos ellos coinciden de que los demonios –y demoños colorados- están desatados en Veracruz.