Yanga.- Miles de pesos dejará como deuda la actual administración al próximo alcalde Gerson Morales Villanos, por pagos no realizados de los pasados carnavales y a algunas constructoras que se encargaron de hacer medinas obras a lo largo del trienio que dirigió Pascual Alvarado.
En pláticas con algunos de los empresarios, se conoció que mes con mes, la administración local ha ido abonando a los prestadores de servicios, aún cuando para la fiesta les fue otorgado un jugoso recurso por parte de una empresa cervecera que inundó el primer cuadro con dicha bebida.
Según los datos obtenidos, al empresario que rentó la carpa, aún se le adeudan cerca de $30 mil pesos, al representante de artistas unos $20 mil, entre otros servicios que solicitaron a lo largo del festival, en dónde no hubo un corte de caja, ni entrega de cuentas claras, como lo fue de las entradas a los baños o la renta de los espacios públicos.
Recordemos que durante una reunión el propio alcalde Pascual Alvarado confirmó la entrega de $70 mil por pago de patrocinio al Ayuntamiento, lamentablemente el dinero entró directamente a la Tesorería y el Comité organizador nunca conoció los fines de este recurso.
Y es que en los últimos años, el carnaval de Yanga vivió uno de sus peores momentos, al estar plagado de inseguridad, corrupción, malos manejos y falta de cultura, lo que ha sido lamentado por lo anteriores consejos de cultura que tenían otra perspectiva de las fiestas.
Pues cuando se trataba de recordar la llegada de la raíz negra a este municipio, con actos culturales y de muestras especiales, el comité organizador, encabezado por el alcalde Pascual Alvarado, funcionarios de menor rango y ciudadanos, llevaron este evento a un acto urbano, sin el menor ápice de cultura.
Incluso, lo que también debió llevar la fiesta son las muestras religiosas, en honor a San Lorenzo, sin embargo, los católicos se quejaron de que la instalación de bares ambulantes y de puestos de comida rápida, les impedían el paso de la procesión, incluso la presencia de personas en estado de ebriedad, incomodaba a las féminas del lugar.
JosÈ Vicente Osorio Vargas
El Buen Tono