Por: TOMÁS GONZÁLEZ JIMÉNEZ / columnista
A estas alturas y a muy pocos días para que se culmine el proceso electoral, donde se va definir quién ocupará el más alto rango político a que aspira cualquier ciudadano mexicano, es decir, la Presidencia de la República, los partidos políticos nacionales se apresuran a quemar sus últimos cartuchos para tratar de acomodar a sus candidatos en ese puesto de elección popular, donde se juegan los más altos intereses del País.
Desde un principio de la contienda se vio la clara tendencia que la mayoría de ellos han venido tratando a toda costa que las cosas sigan igual, pues quieren seguir conservando sus privilegios en todos sentidos, y como siempre, dejando a lo último al pueblo mexicano.
Ante esa degradante y perversa actitud, el pueblo mexicano ya está decidido que las estructuras políticas en el País deben cambiar, razón por la cual en todo México se ha extendido y ha sido bien acogida la corriente que se ha formado en el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), teniendo como candidato a Andrés Manuel López Obrador, personaje que ha venido luchando en contra de la corrupción y la impunidad, que son los grandes males del País, que han hecho que el progreso se haya estancado, al grado que los favorecidos como siempre han acaparado la riqueza en unos cuantos, habiendo crecido así la pobreza y la marginación.
Si es verdad que todas las corrientes conservadoras que han arruinado al País, como son el PRI, PAN, el PRD y todos los partiditos que ellos mismos crearon, han venido atacando a ese personaje, como son el caduco y desprestigiado partido robolucionario que jamás ha sido institucional, pues todas las instituciones que se crearon a través del tiempo las ha destruido, al grado que ya nadie cree en ellas, y las famosas Reformas estructurales vienen sirviendo para ofertar al País al mejor postor, y donde la clase política se ha quedado con gran parte del pastel, afianzando y asegurando más su futuro y el de sus familiares.
Las instituciones que prácticamente están destruidas, al grado que ya no hay credibilidad en ellas, son la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE); el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF); y el propio Instituto Nacional Electoral (INE).
Esas instituciones electorales sencillamente no funcionaron en las pasadas elecciones realizadas en el Estado de México, al grado que salió avante la imposición y establecimiento de la monarquía, tan perjudicial para esa Entidad federativa y para cualquier estado de la Eepública, donde siguen creciendo la pobreza y la permanente marginación.
Esos procedimientos siempre perjudicarán al pueblo mexicano, pues con la falta de credibilidad en esas instituciones, tal parece que se quiere proceder en la misma forma en las próximas elecciones del 1 de julio de 2018, pero el electorado del País ya está decidido a que se realice el cambio, que ya es urgente, pues ya no es posible seguir soportando la situación caótica existente.
En los estados de Veracruz , Puebla, y en todo el País donde se van a efectuar elecciones, también los conservadores tratan por todos los medios de heredar las posiciones políticas, por consiguiente vienen haciendo uso de todos los medios, incrementando temporalmente los programas de ayuda y creaciones de plazas, para obtener un mayor número de simpatizantes hacia sus candidatos, como son a través de las dependencias como “SAGARPA, SEDESOL, SEDATU, SEMARNAT, SECTUR, SE, SEP, STPS y otros
Como se notará, hay una gran desesperación de parte de los conservadores; es decir, los que quieren que todo siga igual, pero afortunadamente el pueblo mexicano está totalmente decidido a efectuar el cambio a través de Morena.