Córdoba.- La represión violenta, agresiva e ilegal que sufrieron ayer trabajadores de las empresas del candidato a Diputado Federal José Abella, se extendió en palacio municipal a empleados del Ayuntamiento y a estudiantes de la ESBAO, que acudían a Presidencia a realizar una tarea.
Valentín Galicia, empleado de la sindicatura única, fue detenido violentamente, golpeado y humillado por los elementos de Policía Estatal que “resguardaron” el acceso a Palacio Municipal. Su hijo y unos compañeros de la Esbao, de 16 años de edad, fueron también golpeados y maltratados por los policías.
Esto sucedió en Palacio Municipal, cedido por 4 años a funcionarios electos por el pueblo para que los representen, para que administren los recursos públicos, y trabajen en beneficio de la población cordobesa. Ayer se vio qué poco les interesan los ciudadanos cordobeses a esos ediles.
Frente a esta agresión, sucedida durante la manifestación de empleados de las empresas Metro, Ráfagas, Buen Tono y otras que exigían la liberación de 8 de sus compañeros detenidos por manifestarse, el gobierno de la ciudad convocó a una rueda de Prensa, encabezada por el Síndico José Javier Medina Rahme.
En el Salón Central de Palacio, el síndico tomó el microfono para reprobar la manifestación, y justificar la agresión policíaca contra los cordobeses.
En su mensaje, Medina Rahme volvió a victimizar a los detenidos, entre ellos su propio compañero de trabajo, pero también a los adolescentes maltratados, al justificar a los policías gopeadores: “Los manifestantes estaban agresivos, en este caso el protocolo de actuación de la Policía Estatal lo cumplen como lo tienen estipulado”.
La deslealtad y nula solidaridad con los cordobeses por parte de los cinco regidores presentes y del síndico único, fue más que evidente. Mientras la Constitución garantiza el derecho a manifestarse, el Ayuntamiento reprueba la manifestación. Pero tampoco reprueba que el gobernador mande a la policía estatal a golpear a trabajadores que están establecidos en empresas productivas y que pagan impuestos a la ciudad.
Pero además, olvidan, Medina Rahme y los regidores, que son los cordobeses y no el gobernador los que pagan sus salarios y sus “gastos”.
Acompañado y respaldado por ediles, argumentó Medina Rahme: “El Ayuntamiento de Córdoba no aprueba la alteración del orden público bajo ninguna forma de manifestación ciudadana, el Ayuntamiento de Córdoba también no tiene injerencia en los reclamos del manifestante ya que su queja es en relación a Transporte Público y como saben ese rubro no es injerencia municipal”.
A pregunta expresa de una reportera, minimizó los golpes en contra de estudiantes cordobeses, así como la agresión y detención de su empleado Valentín García: “lo están atendiendo en el mando único, convenciéndolo de que actuó mal al enfrentarse a la policía”, adujo.
También, indicó los motivos por los que cerraron las puertas de entrada principal al Palacio Municipal: “Cuando hay manifestaciones de este tipo, se cierra para salvaguardar a los ciudadanos que hacen trámites al interior del Palacio Municipal, así como de los trabajadores que laboran en esos momentos en el Palacio”.