Región.- Los adultos mayores se convierten en un estorbo para muchos hijos, por lo que una mayoría termina en un asilo o vendiendo cualquier tipo de producto en la calle, informaron fuentes del DIF.
Indicaron que en otros casos trabajan en centros comerciales como empacadores, pero hay algunos que están en la calle pidiendo limosna.
Hicieron notar que algunos familiares dejan a los abuelitos en los asilos, “a veces los visitan y eso es bueno para ellos”.
Hablaron de que hacen falta programas para apoyarlos a tener una mejor calidad de vida después de que cumplen 60 años, porque muchos llegan a esa etapa sin tener asegurada su situación económica.
“Por ello se ven obligados a trabajar para sostenerse porque sus hijos no los apoyan, entonces se ven en la necesidad de vender dulces, paletas heladas o empacar productos en los supermercados, pero no descansan como deberían”, añadieron.
Destacaron que hay días en los que no logran lo suficiente para comer o comprar medicinas y el problema se hace más difícil cuando otras personas dependen de ellos.
Ciudadanos entrevistados consideraron que durante los procesos electorales hay candidatos que se aprovechan de ellos y con una despensa intentan comprar sus conciencias, pero después los olvidan y vuelven a quedar igual de necesitados.
Se calcula que más de 5 mil senectos están en situación de riesgo, esto es, vulnerables, ya que muchos aunque tengan sus hogares son olvidados por sus familias y por ende tienen necesidad de trabajar, pero pocas empresas son las que los contratan.
