Nogales.- Hoy se cumplen 15 años de la barrancada del río Chiquito y la explosión de ductos de Pemex del 2003, una herida que no ha sanado para más de mil damnificados que en cada temporada de lluvias viven en zozobra y con el temor latente ante la falta de obras preventivas.
La desgracia comenzó cuando un “golpe de agua” cayó en las faldas del Pico de Orizaba y causó deslaves que arrastraron varias piedras de gran tamaño que golpearon y rompieron los ductos de 20 pulgadas de Pemex, que van de Pajaritos y Coatzacoalcos a Salamanca y la Ciudad de México.
Las viviendas inundadas, calles llenas de lodo, el arrastre de troncos, piedras, basura y hasta televisores que salieron del afluente en diversos puntos de la ciudad, son sucesos todavía recordados y el miedo de que se repitan persiste entre los habitantes de Nogales, Río Blanco y Ciudad Mendoza.
Autoridades de Protección Civil Municipal de Nogales, aseguraron que a diferencia de hace 15 años, ahora los pobladores de las localidades Balastrera y El Encinar que fueron los más afectados, ya tienen una ruta de evacuación, albergues y coordinación para actuar ante una alerta de barrancada que les permite con anticipación tomar las medidas de prevención debidas.
Mencionaron que se ha avanzado en materia de Protección Civil, ya que se han realizado pláticas para la conformación de los planes de protección familiar en las colonias que colindan con el río Chiquito y se dragaron las presas retenedoras de sólidos El Infiernillo.
Omisión
En Ciudad Mendoza, vecinos que conforman el Comité de Seguridad de las colonias Prado y Bosque que surgió desde el 2003, resaltaron que a 15 años de que la barrancada del río Chiquito afectó a familias de las colonias Bosque y Prado, ninguna autoridad municipal o dependencias federales como el Fondo de Desastres Naturales (Fonden) han hecho caso a la petición de construir muros de contención en tres puntos de riesgo en la orilla del afluente, lo que es grave.
“Desde el 2003, año con año, hemos hecho la gestión ante el Ayuntamiento, Protección Civil y la Conagua, sobre la construcción de muros de contención, piso de rodamiento y el desazolve del río en el tramo de un kilómetro que atraviesa el municipio y en donde no hay ninguna protección, en promedio ahí habitan unas 250 familias, es decir, un promedio de mil habitantes de ambas colonias, los que estamos expuestos a padecer inundaciones en cada temporada de lluvias”, expresó.
