Al mismo tiempo de la discusión en el Congreso, al interior del PAN y del PRD se disputan otras más. La misma en cada caso y, al parecer, de la misma forma. Grupos por aquí y por allá, también por la misma razón. Ni tan distintos ni tan alejados en los extremos. También andan en desmán y medio.
Ambos tienen en puerta el cambio de dirigencia. Si estos meses hemos visto cómo al interior del Acción Nacional, Gustavo Madero mueve piezas pensando en quedarse otro ciclo más al frente, también vemos a Ernesto Cordero hacer lo propio. Pero ayer reapareció Josefina Vázquez Mota, firmante ahora de un desplegado donde, junto a otras figuras panistas como Luis Felipe Bravo Mena, Carlos Medina Plascencia o Fernando Canales, se pronuncian en contra de las reformas que el gobierno de Enrique Peña Nieto ha presentado para su discusión y aprobación. Panistas por México se llama el grupo que encabeza la ex candidata presidencial.
Dentro del blanquiazul siguen enfrentándose calderonistas contra los no calderonistas. Cada grupo con estrategias distintas. Mientras que unos se toman de las discusiones en el Congreso como anzuelo para nutrir su grupo; otros están utilizando su poder político y mediático también. Pero en la mira tienen la dirigencia.
Dentro del PRD lo mismo sucede. Desde la reaparición de Marcelo Ebrard cuando instó a debate en torno a la reforma energética. Ahora, el ex jefe de Gobierno del Distrito Federal busca ya no un debate, sino una consulta ciudadana para que se elija al nuevo dirigente nacional.
Y su solicitud tiene todo el sentido del mundo. Marcelo no va sólo por el apoyo que pueda tener dentro del partido, sino también de aquellos apartidistas, aquellos desenamorados de la partidocracia y que se quedaron expectantes y con el corazón roto ante la posibilidad que tuvo de ser candidato en la presidencial pasada. Y porque también le viene bien como mero ejercicio de opinión, para medirle el agua a esas mismas posibilidades para 2018. Y es que también se le ha visto distanciado de Miguel Ángel Mancera quien, se pensaría, es el candidato natural de la izquierda, por estar ahora en una plataforma política que le da más reflector que a cualquier otro personaje.
Por lo pronto, Ebrard ha estado muy activo en Twitter. Hace unos días escribía sobre su propuesta: “El PRD siempre sostuvo que la base de las decisiones debe ser la opinión de los ciudadanos, ahora es sólo cuando convenga (…) Propongo consulta nacional para definir nuevo dirigente, eso no divide, lo que sí divide es la extrema cercanía del PRD al gobierno federal…”; franca y total confrontación con quienes hoy están al frente del partido del sol azteca.
La batalla por la dirigencia nacional viene fuerte y segregará a todas las alas dentro del partido. Incluso Carlos Navarrete dejó hace un par de días la titularidad de la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo del Gobierno del Distrito Federal, por la misma razón: con la mira puesta en la dirigencia del partido.
Ideológicamente en extremos contrarios, pero en enfrentamientos similares en ambos partidos es lo que hace la búsqueda de sus dirigencias.