Luego de participar en el homicidio y la desaparición de tres jóvenes estudiantes de cine en Jalisco, Jonathan o César Arnulfo como se hizo llamar, huyó por distintos estados de la República hasta que se refugió en un hotel de Metepec. Desde ahí se dedicó a extorsionar a trabajadoras domésticas.
Él o un cómplice que tenía en un penal de Jalisco, llamaban por teléfono a sus víctimas. Les decían que eran miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y que tenían la orden de matarlas si no les entregaban todo el dinero de la casa en la que trabajaban.