Nogales.- El color del agua, el olor que despide, la espesa espuma y la falta de fauna y flora en sus aguas, hacen evidente el grado de contaminación del río Blanco. De acuerdo con expertos, es uno de los afluentes más contaminados de la República.
Desde Acultzingo hasta Alvarado, el cauce va acumulando desechos orgánicos e inorgánicos que acabaron con su fauna y su flora y que hace su agua inutilizable para cualquier propósito humano.
El paisaje del cual forma parte es uno de los más bellos de la región, particularmente en la zona en donde se encuentran los bosques de ahuehuetes, que son utilizados como paseo por lugareños y visitantes, pero la contaminación está ya acabando también con esa opción y pocos acuden a recorrer el milenario Bosque de Ahuehuetes en Acultzingo, Ciudad Mendoza, Nogales, Huiloapan y Río Blanco.
Todo llega a su cauce: aceites, detergentes y químicos, además de descargas sanitarias y desechos de rastros clandestinos.
Desde su origen, en las faldas del Pico de Orizaba, hasta su desembocadura en la Laguna de Alvarado, el río Blanco concentra y arrastra aguas turbias y malolientes, producto de químicos, aceites industriales y otros muchos desechos que le vierten empresas, municipios y descargas sanitarias.
El afluente, también es contaminado por aceites de talleres mecánicos, químicos y detergentes de uso domiciliario e incluso de industrias asentadas en esta zona. Pero al no existir ningún programa de control ambiental o de conservación ecológica, en su recorrido se pueden encontrar desechos de PET, llantas, animales muertos y bolsas de basura, en la zona de Nogales se han detectado restos de descargas de granjas y rastros clandestinos de cerdos y pollo.
La contaminación se recrudece al llegar las aguas del río a la zona industrial de Orizaba e Ixtaczoquitlán, donde recibe las descargas de la industria de la cerveza, el papel, medicina y curtidoras de cuero, entre otras asentadas en estos municipios.
La existencia de los milenarios ahuehuetes ha permitido la creación de algunos grupos que luchan por su conservación y mantenimiento, pero en los últimos años, su labor, enfocada principalmente a la limpieza de materiales sólidos y retiro de maleza con importantes resultados, se ha complicado por la contaminación del agua por aceites tanto comestibles como lubricantes de motores.
La construcción de plantas de tratamiento de aguas negras e industriales, es urgente.
Los gobiernos municipales, ajenos al problema, deben voltear la vista hacia el río Blanco y comenzar a regular el tratamiento de los líquidos industriales, los drenajes, y aplicar el rápido saneamiento de las cuencas, del que ya es considerado el río más contaminado de todo el País.
Hoy, no hay ningún programa anunciado…
