Por: Verónica Carbajal García / columnista
Posiblemente usted ya recibió alguna de estas llamadas, de encuesta electoral, y tuvo la opción de responderla, o no. En estos días de campañas políticas las encuestas se multiplican, principalmente para quienes tienen teléfono fijo en casa u oficina.
Y es que sean o no fidedignas, creíbles, precisas, fallidas, o simplemente “no le atinan” como dicen algunos, a los electores nos sirven al menos, para satisfacer esa necesidad que muchos electores sentimos de saber; esa curiosidad innata de conocer, de medir el entorno, el contexto de candidatos y partidos. Queremos comprender, discernir, conocer.
A los candidatos y partidos, seguramente les sirven más en su intento de manipulación de la opinión pública.
Hay que considerar que actualmente las estadísticas indican que una encuesta de este tipo no representa más que un 20% de la población con línea fija, por tanto, habría un sesgo de cobertura. En México, se considera que en los hogares 45 de cada 100 cuentan con una línea fija, según datos del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT).
Por otro lado, no es posible conocer el sexo y edad exactos de la persona que contestó el teléfono, por tanto no se sabría si realmente tiene edad para votar.
Otro factor relevante en el tema, es que puede haber personas que contestan enojadas o molestas porque las abordan con ese tipo de encuestas vía telefónica, o incluso pueden responder burlándose, y no decir la verdad.
De hecho, en los últimos años ha habido muchas encuestas políticas de elecciones relevantes en el mundo, cuyos resultados no han sido precisos o sus pronósticos han fallado, como sucedió en el caso Hillary Clinton-Donald Trump; las encuestas arrojaban el triunfo para la primera, y el final no feliz, ya lo conocemos.
Otro factor interesante es que actualmente son cada vez más los jóvenes, las nuevas generaciones de ‘Millenials’, las que utilizan el Smartphone o tecnologías digitales para comunicarse, y no un teléfono fijo de casa; por lo que una encuesta de ese tipo, podría estar minimizando el dato relacionado con el voto de los jóvenes, quienes por cierto, muestran indecisión en torno a ¿por quién votarán?, y lo sé de viva voz, porque pregunté a mis jóvenes estudiantes de la universidad, si ya habían decidido su voto y alrededor del 40 por ciento de ellos, respondió que no han definido por quién van a votar.
En México, de hecho, se considera que la mayoría de las encuestas políticas que se realizan son convencionales y sus resultados distan mucho de ser creíbles. A nivel interno son aplicadas por los partidos políticos para definir a sus precandidatos o candidatos.
Personalmente, en lo que va de las actuales campañas electorales, recibí en casa una de estas llamadas de encuesta electoral con tres preguntas, la primera fue la más conocida: “Si hoy fuera la elección por quién votaría”, y en seguida venía la instrucción de presionar 1 si la respuesta era en favor de Ricardo Anaya, o presionar 2 si el voto era para López Obrador.
Las preguntas dos y tres me parecieron bastante manipuladas, y fueron: “¿Sabía usted que Andrés Manuel López Obrador, perdonará a los delincuentes con la llamada Amnistía? Marque uno si su respuesta es “Sí”, y dos, si su respuesta es “No”? Y la tres: ¿Está dispuesto a perdonar a López Obrador pese a saber que dará amnistía a los delincuentes?
Esperemos más, ahora que los candidatos a la Gubernatura ya están en campaña, medios y encuestadoras seguramente multiplicarán la tarea de sondear.
Es importante saber que a partir de la reforma político-electoral de 2014, se fortalecieron las atribuciones en cuanto a regulación de encuestas electorales, sondeos de opinión, encuestas de salida y conteos rápidos, establecidos en la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (LEGIPE) y el Reglamento de Elecciones.
El sociólogo francés Pierre Bordieu afirmó: “La opinión pública no existe”, cuando hablaba de sondeos y opinión púbica, hoy por hoy parece aplicar bastante bien. Por supuesto, hay que tener en cuenta las encuestas vía celular, las de internet desde muchos portales o páginas; y las de redes sociales; todas, buscan medir las “preferencias electorales”, y todas tienen sus riesgos de medición.
Siempre hay diversidad de opiniones en un tema tan controvertido, la pregunta es, usted ¿Ya respondió alguna encuesta? y además de saber si ya decidió su voto, intriga conocer ¿Cambiaría su postura o respuesta de hoy al día de la elección? ¿Cree que las encuestas brindan información fidedigna? Claro que, como siempre han dicho, la mejor encuesta es la del día de la elección.
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